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La papeleta

Pere Rostoll

Opinión de Pere Rostoll: Del ninguneo a la humillación

Algún dirigente del socialismo valenciano nos tendría que explicar a todos con una cierta dosis de pedagogía la misión de dos altos dirigentes del PSPV -un diputado en las Cortes y otra vinculada a Presidencia de la Generalitat- de visita en el despacho de Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura? Tomen nota. Manuel Pineda, secretario comarcal del PSPV en la Vega Baja además de parlamentario valenciano; y Antonia Moreno, delegada de Ximo Puig en la provincia de Alicante y destacada militante socialista en Orihuela, se fueron hasta Murcia para ofrendar nuevas glorias a un señor que, pese a que le pagamos el sueldo entre todos, no ha aclarado todavía en público el papel de la institución que encabeza en la «gota fría» que arrasó la Vega Baja en septiembre. Una de las catástrofes más importantes sufridas en territorio valenciano.

Pero es que, encima de todo eso, Urrea se ha dedicado en las últimas semanas a ningunear el papel de la Diputación en defensa de los agricultores. Y, sobre todo, a menospreciar a las Cortes Valencianas, expresión directa con sus votos de la soberanía popular y del autogobierno, con una carta dirigida a Enric Morera, presidente del parlamento y segunda autoridad de la Comunidad, en la que se negaba en redondo a comparecer en la comisión de Medio Ambiente para hablar sobre el temporal a propuesta de los diputados de Compromís. No contentos con todo eso, la Confederación del Segura envió ayer una foto de la feliz mañana murciana con un texto en el que se recalca, sin citar ningún otro cargo público, que Pineda ocupa un escaño en las Cortes y que Moreno es colaboradora directa del presidente Ximo Puig. Nada es casual en política. Jugada estratégica con la que Mario Urrea intenta «blanquearse». «La CHS se reúne con representantes de la Generalitat y las Cortes Valencianas para analizar el estado de las obras de emergencia en la Vega Baja», titula un comunicado cargado de intención.

O sea que pasamos del ninguneo a la humillación. El presidente de la Confederación del Segura ni da explicación alguna en abierto sobre su responsabilidad en el temporal, ni tiene respeto por el papel de la Diputación, ni tampoco acude, algo infínitamente más grave, al parlamento valenciano a atender a los representantes del conjunto de los ciudadanos. Pero, por contra, si abre las puertas de su sede a dos altos dirigentes del PSPV para fotografiarse y glosar, de acuerdo con la nota remitida, supuestos avances de su institución en la Vega Baja. En privado y sin preguntas. Y todo ello, además, a espaldas de Puig, informado a posteriori de un asunto que, evidentemente, golpea al PSPV en una comarca que la derecha considera clave para su recuperación. Un episodio que supone un nuevo desaire de la Confederación del Segura contra uno de los territorios a los que se debe. Un sainete consentido, en este caso, con absoluta irresponsabilidad por dos dirigentes del principal partido del Consell.

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