No se trata de medir las porterías como solución para la recuperación del juego y resultados del equipo blanquiazul. Tampoco que las mismas vayan a ser decisivas, aunque bien es cierto que en lo que la defendida por Falcón, ya sea en el Rico Pérez o como visitante ha constituido un auténtico baluarte que ha influido notablemente en el marcador final de cada encuentro. La medida de este Hércules, que parece querer resurgir de sus cenizas como ave fénix tras su triunfo en casa del líder Sabadell, la tendremos en el encuentro a celebrar contra el Orihuela en el campo de Los Arcos, en el que jugara,cuando el club militaba en la Segunda División, aquél García Pitarch de infausto recuerdo para el Hércules y su manoseado cargo de presidente.

En Los Arcos ha de refrendar el Hércules la victoria inesperada ante el conjunto arlequinado, que aún así sigue comandando la tabla clasificatoria. Ante los escorpiones, que tan solo están a tres puntos, que vienen de sacar un meritorio empate a domicilio ante los filiales granotas (1-1), el Hércules ha de aprovechar esta situación impensada hace pocos días y volver a ganar para intentar dejar los puestos de descenso lo antes posible, y casi eliminar un rival en estos menesteres, como lo es el Orihuela, que ya ganó en el Rico Pérez en la primera vuelta. Un triunfo en la capital de la Vega Baja daría la exacta medida de este nuevo Hércules que han construido entre Ramírez, en principio alejado de los focos mediáticos, y Paquito en los despachos y Mir en el banquillo, más la dirección institucional, con mando en plaza según sus propias declaraciones, de un Quique Hernández que como siempre es el único que destila perfume de seriedad y trabajo por la entidad en la que vuelca siempre su contrastado cariño, aunque quizás mejor le vendría al equipo que él ocupara la plaza de entrenador y Ortiz se pusiera alguna vez el traje de presidente dando la cara ahora que dicen ha dejado en manos de sus familiares más allegados sus otros negocios.

Allá en tierras de naranjas y obispado, nos esperan Chechu e Inglés, que ya dieron buena cuenta de su aptitud en el desdichado 1-3, confirmando lo que suele suceder cuando juegan contra el Hércules viejos conocidos de la afición, y sobre todo el ex capitán blanquiazul, que fue usado de mala manera por la dirección deportiva del equipo herculano en un intento frustrado de rescatar a un ídolo que se fue tras dejar tras de sí una trayectoria excelente vistiendo la elástica blanquiazul. Estos y otros factores, como el de un Valentín Botella, siempre dando la cara por este Hércules del siglo XXI, pero que no oculta su pasada implicación como directivo en el club de su ciudad natal, marcan la previa del derbi provincial.

De cualquier manera, salga vivo o no de Los Arcos el Hércules, el problema institucional seguirá existiendo, y en el deportivo como mucho se abrirá a un tránsito más que doloroso hasta que finalice la presente temporada. El futuro no debiera estar en las manos que hoy manejan la nao herculana. No valen cortinas de humo.