Después de que a finales del siglo XIX se realizase la primera transmisión de mensajes de voz sin hilos, este invento tuvo en un principio un uso exclusivamente militar. Aquí, en España, el comandante de ingenieros Julio Cervera Baviera llevó a cabo emisiones radiotelegráficas entre Tarifa y Ceuta durante tres meses en 1901 y un año más tarde entre el cabo de la Nao (Jávea) y el cabo Pelado (Ibiza).

El uso civil de la radiotelegrafía empezó muy pronto a popularizarse, con aficionados cada vez más numerosos que construían sus propios receptores e instalaban antenas en los tejados de sus casas. Los sucesivos avances tecnológicos propiciaron que apareciera la radiodifusión, cuya fase de experimentación se prolongaría hasta 1923 y durante la cual las emisiones en directo se hacían desde micrófonos de carbón que distorsionaban las voces de los locutores y dificultaban la audición de la música.

En 1908 el Gobierno español decretó la monopolización de la radio por el Estado, si bien fueron empresas extranjeras, como la británica Marconi o la estadounidense ITT, las que se encargaron de gestionar y dirigir los servicios.

La Ley de Radio de 1923 reguló las futuras emisoras de radio y diferenció los servicios de radiodifusión de los radiotelegráficos.

A partir de entonces empezaron a proliferar las emisoras de radio en las grandes ciudades españolas, pero sus emisiones eran irregulares porque la mayoría fueron creadas por técnicos que experimentaban con el medio, sin una programación continuada.

El directorio militar de Miguel Primo de Rivera decidió ordenar la radiodifusión en el país, por lo que convocó una Conferencia Nacional de la Telegrafía Sin Hilos, que redactó el Reglamento de Radiodifusión, aprobado en junio de 1924. Este reglamento acabó con el monopolio estatal de la radio, permitiendo a empresas y radioaficionados a instalar emisoras. Ello provocó un aluvión de solicitudes en todo el país.

La primera emisora en ser autorizada (14 de julio) tras la aprobación del reglamento, fue Radio Barcelona EAJ-1 (esta nomenclatura procedía del código de radioaficionados: E de España, AJ porque así se llamaban las estaciones de telegrafía sin hilos, y 1 por ser la primera).

Radio Barcelona, decana de las emisoras españolas, lideró la creación de Unión Radio EAJ-7, inaugurada el 17 de junio de 1925, que se convertiría en la primera cadena de radio española.

En Alicante

En la ciudad de Alicante había hace un siglo un gran número de aficionados a la telegrafía sin hilos. Uno de ellos, Antonio Sánchez Mellado, instaló en su domicilio particular una emisora en 1924. Sus emisiones sin continuidad apenas duraron unas pocas semanas.

Antonio Sánchez participó el 24 de agosto de 1924 en la constitución en el Ateneo de la Sociedad Radio Club, cuyas primeras emisiones se realizaron en enero del año siguiente. Pero una disposición gubernamental que exigía como potencia mínima un kilovatio en antena la condenó a la desaparición.

Entonces los aparatos receptores de radio se fabricaban con galena, conectados a antenas que se instalaban en los tejados. En la prensa alicantina se publicaban casi a diario durante los primeros años de la década de 1930 anuncios en los que se ofrecían aparatos de radio de diferentes marcas: Telefunken 40, en Casa Granados, Sagasta 61 (El Luchador, 3-1-1930); Atwater Kent, en Auto Electricidad S.A., Castaños 12 (Diario de Alicante, 15-12-1931); Clarión Radio, en Casa Ayela, Abad Penalva 1 (El Día, 17-12-1931); Radio Colonial, en Casa Ferrer, Méndez Núñez 35 (El Día, 22-12-1931); etcétera.

En 1931 se inauguró Radio Alcoy EAJ-12, la primera otorgada a un ayuntamiento. Al año siguiente un decreto permitió que se instalaran emisoras locales de poca potencia financiadas mediante ingresos de publicidad y previo dictamen del ayuntamiento correspondiente. Había nacido la radio comercial.

Radio Alicante

A finales de 1932 fue montada una estación de radiodifusión de pequeña potencia y carácter local en Alicante. La emisora estaba en el entresuelo de Pablo Iglesias 33, donde residía Juan Valero Campomanes; la antena estaba instalada en el tejado del edificio. Muy pronto la emisora fue cambiada por otra algo más potente, una Marconi de 200 watios. Era Radio Alicante EAJ-31.

Juan Valero era el director de la emisora y copropietario. Sus socios eran Rafael Garberi Mora y Amando Colomina Muñoz, si bien el propietario principal se apellidaba Orts, según se deduce de una noticia publicada en la primera página de El Día en su edición del 6 de febrero de 1933, con motivo de la inauguración de la emisora: «(?) Con el señor Orts, propietario de la emisora, recibieron y atendieron a los invitados, el director de la misma don Juan Valero y sus compañeros señores Garberi y Colomina». Probablemente, Orts era el suegro de Valero, ya que su esposa se llamaba Laura Orts.

Durante el mes de enero se llevaron a cabo las pruebas de emisión. Diario de Alicante criticó la calidad de dichas pruebas: «(?) largó al público unos numeritos musicales que, si por ellos hemos de deducir también lo que serán los conciertos, pedimos ya desde ahora el cierre de la estación (?). Pero esperemos. Lo de anoche fue una prueba no más».

El montaje de la emisora y de la antena corrió a cargo de un técnico que vino expresamente desde Madrid, Gregorio Marín Yébenes, de la casa Philips Ibérica, de la que eran representantes en Alicante los propietarios de Radio Alicante. Al parecer, con Marín colaboró un técnico que tenía su establecimiento en la calle San Francisco, llamado igual que el alcalde: Lorenzo Carbonell.

Inauguración

La inauguración oficial de Radio Alicante se celebró en la mañana del domingo 5 de febrero de 1933, con la asistencia de numerosos invitados, entre los que se encontraba Emilio Bomant, jefe de Telégrafos de Alicante.

El primero en hablar ante el micrófono fue el director de la emisora, Juan Valero, quien manifestó el deseo de los propietarios de conseguir en breve plazo una mayor potencia para así difundir lo más lejos posible las emisiones. Le siguió el alcalde alicantino, Lorenzo Carbonell Santacruz, quien anunció que el ayuntamiento iba a costear la instalación de dos micrófonos (circuitos de conexión), uno en el templete de música en el paseo de los Mártires y otro en el salón de actos de la casa consistorial, para que se radiaran las sesiones municipales. Tras un breve parlamento del gobernador civil interino, Manuel Fernández Reyes, intervino en representación del presidente de la República Romualdo Rodríguez Vera, diputado y director general de Comunicaciones.

El acto acabó con el concierto de un trío contratado por Radio Alicante, mientras los invitados eran obsequiados con pastas, licores y habanos.

Uno de los tres cantantes era Pepe Moreno, quien se convertiría en una de las primeras voces de Radio Alicante, junto con Lolita Latorre, tal como veremos la semana que viene.

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