Los deberes para nuestros hijos en la escuela suelen comenzar desde el principio de curso, que es en el mes de septiembre. Pero para el resto de la sociedad, los deberes y las propuestas suelen comenzar con el nuevo año. Y con este año nuevo 2020 comienza la relación de deberes que la sociedad, y cada uno de los individuos que la conforman, se suelen poner a principio de año.

Surgen así esas obligaciones personales que vamos apuntando en un papel para intentar cumplirlas a lo largo de los 365 días del año, aunque no olvidemos que este año se nos convierte en bisiesto y nos impone un día más de cumplimiento de obligaciones. Sin embargo, resulta curioso que esta relación de deberes siempre nos los marcamos al comienzo de cada año, pero no hacemos un examen o repaso final de año acerca de si los deberes que nos pusimos al principio en el mes de enero se han cumplido al final, o no. Y es que parece que, al final, nos da un poco de miedo saber si hemos cumplido las expectativas que nos propusimos al principio del año, y si hemos sido capaces de cumplir aquello que nos propusimos.

Y para quienes no tienen la costumbre de hacer el listado de deberes sería bueno que empezarán a hacerlo, porque solo de esa manera podremos tener compromisos. De esta manera, si somos capaces de saber a qué podemos comprometernos, seremos capaces de asumir obligaciones.

Hoy en día hay una parte de la sociedad que desconoce cuál es el significado del término obligación, y solo conocen el significado del término derecho. Y aquí radica uno de los grandes problemas de la sociedad: cuando se reclaman solo derechos, pero no se asumen obligaciones. Y estas últimas sería un buen momento escribirlas en el mes de enero de cada año en un bloc para tener la obligación de cumplirlas y ser responsables ante el compromiso que asumimos. Porque no podemos vivir solamente de derechos sin completarlos con las obligaciones, ya que es la única forma de avanzar en nuestra actividad personal, que luego redundará en el beneficio colectivo.

A nivel de deberes no podemos olvidarnos, por ejemplo, de los que asume nuestro Parlamento, ya que va a comenzar en breve con el cumplimiento de sus obligaciones en una legislatura de cuatro años en la que existen muchos deberes parlamentarios por hacer, ya que tenemos leyes pendientes de aprobar que lo son con carácter de urgencia, y que no se pueden retrasar más, para poder adaptar la realidad social a las leyes que necesitamos en la sociedad para poder resolver los conflictos que tenemos, que son muchos. Últimamente se han aprobado pocas leyes por las circunstancias por todos conocidas, y es ahora cuando la actividad parlamentaria tiene que empezar a funcionar con un ritmo que necesitamos para llevar a cabo sus deberes el Parlamento. Y para que juristas, técnicos y ciudadanos en general dispongan de unos buenos textos legales con los que resolver los problemas con los que cuenta la sociedad y cada uno de los individuos que la conforman.

Una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, Código de Comercio, Ley de Propiedad Horizontal, una reforma importante del Código Penal para adaptarlo a muchos temas que han quedado desfasados en la normativa, y seguir avanzando en las reformas en materia de seguridad vial para continuar con el descenso de las cifras de siniestralidad vial y mortalidad en la carretera, aunque 1.098 muertos al año (90 menos que el año 2018) sigue siendo una elevada cifra que es preciso seguir bajando. Y, sobre todo, seguir trabajando en la mejora en la igualdad y en reducir las expresiones de violencia que siguen produciéndose en la sociedad en el hogar, en los centros escolares, los centros médicos y en cualquier lugar donde algunas personas utilizan la violencia para tratar de justificar la ausencia de sus argumentos.

Siempre nos ponemos como uno de los objetivos el descenso de la violencia, y que la paz sea la bandera por todos enarbolada, pero parece que luego se olvidan siempre este deber máximo, que es el que más se suele incumplir, porque las reacciones de violencia se producen con mucha frecuencia, y es lo primero que debería desaparecer, para poder introducir el entendimiento y la comprensión entre todos, así como la cesión de argumentos para conseguir logros que benefician a todos, más que a cada uno de nosotros.