La onomatopeya es lo de menos, pongan ustedes cualquier sonido de los que vienen en sus móviles. Suena el teléfono de Abdullah, «flint, flint», mensaje de su representante: «Los suizos tragan y firman. Lo del Hércules ha salido bien. Vente para Lausanne. Mando billete avión a tu móvil. Hablamos». Mientras tanto el Hércules, o sea Ramírez, en el limbo, sin saber que estaban siendo usados para un fichaje al alza de un jugador al que permitieron entrenar con el equipo ante unos ojipláticos compañeros, una afición desbordada por la incompetencia y una prensa que cuenta asombrada las andanzas de un cuerpo técnico que siguiendo esta línea hará bueno al anterior. Un sainete más en el haber de estos dirigentes a los que sacan las vergüenzas todo quisque.

Los fichajes siguen sin llegar, a excepción del de De Lerma, veterano mediocentro de 35 años procedente del Móstoles de la Tercera División, que ha recorrido media España y que le avala únicamente el haber coincidido con Mir en el Alcoyano. Un hombre de confianza en el vestuario para el entrenador. No más. Parece que el interminable parto de la salida de Miranda, de los destacados por pundonor en los últimos partidos, se va a hacer efectivo con la llegada de Perone, que no lo tenía nada claro ante la crítica situación herculana, un central brasileño de altura, 1.91cms. Cambio de cromos, «sile» por «nole», sin Panini de por medio. Otros se niegan a venir, y con razón, a un equipo de futuro incierto tanto en lo deportivo como en lo institucional. Normal que cuiden sus lentejas. Hasta Chechu ha de aclarar su posición ante tanto infundio que se propaga desde Onda Zarandieta. Petcoff o Fullana son reacios a venir, primero por la situación herculana y segundo por tener otras ofertas que les ofrecen mayor seguridad deportiva y económica. Así están las cosas en este mercado de invierno, en manos de unos mercaderes de pacotilla, nada parece al alcance de sus propósitos.

Entrando en la página web de INFORMACIÓN correspondiente al Hércules, como cabecera aparece el rótulo «Vídeos de hoy», resúmenes de partidos jugados, todos ellos en casa menos el de La Nucía. Desfilan los partidos, y hasta el octavo vídeo no llega una victoria herculana, la ya lejana ante el Ebro. Empates y derrotas, más dolorosas si cabe por ser ante equipos con los que se ha de jugar el Hércules la permanencia, pues esa, pese a quien pese, es el único objetivo a alcanzar por este desastre de equipo, fiel reflejo de los que dirigen despachos y tienen en su poder la mayoría accionarial. Figura ya por derecho propio en primer lugar por ser el último fiasco a domicilio, el resumen del pasado domingo ante el Prat, otro sonrojoso empate a dos ante un equipo cuya plantilla ha de entrenar por las tardes debido a que los jugadores viven de sus trabajos matinales. Y aquí fichando a bombo y platillo por una pasta al mayor de los Alfaro y despidiéndole en enero por nulo rendimiento. A pagar en los tribunales. Si pudiera hablar el escudo, les diría a los dirigentes «si me queréis irse», que dijo la folclórica.