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No es para tanto

Los principales peligros que acechan al nuevo Ejecutivo

Como liberal que soy, tengo amigos y conocidos con todo tipo de ideas y tendencias políticas. Y todos sin excepción me expresan su desasosiego y recelo al nuevo gobierno liderado por el PSOE, integrado por comunistas y apuntalado por independentistas de todo pelaje y condición. A pesar de que es evidente que los socios del PSOE no son los mejores, ni para meterse en la cama, ni para ir a tomar el vermú -al final tendrías que pagar tú-, sin embargo también tengo claro que hay que ver esa extraña coalición de gobierno como un indicio de lo que nos depara el futuro.

Con esa singular conformación del Ejecutivo actual, afloran y se vislumbran dos peligrosos riesgos, que son el desmembramiento de España tal como la conocemos ahora; y el izquierdismo radical de Podemos e IU que persigue conformar un país totalitario -disfrazado de democracia- al estilo cubano-boliviano-venezolano. En el caso de la disgregación de España, parece claro que antes de una década acabaremos siendo algo parecido al Reino Unido; es decir por un lado Inglaterra, por otro Gran Bretaña (Inglaterra + Escocia + Gales) y por otro el Reino Unido (Gran Bretaña + Irlanda del Norte). En nuestro caso podría ser algo así como España y la Gran España o la España Unida (España + Cataluña + País Vasco). Anótenlo ustedes porque en unos años esto acabará por materializarse y configurarse de esa manera. La otra amenaza, la del bolivarianismo, puede venir de la mano de la pareja que forma parte del Gobierno de Sánchez y que aspira claramente a manejar, como un tándem político endogámico parecido a los Ceaucescu, los Kirchner y los Ortega, los destinos de nuestra nación, con sus convicciones y a su estilo; esto es, combatiendo la empresa privada, la monarquía y mangoneando a los jueces, fiscales y abogados del Estado.

Créanme ustedes que este riesgo es mucho más alarmante porque ese objetivo de implantar el totalitarismo de izquierda radical empobrece nuestro mundo y el entorno en el que vivimos. Además de este escenario, un grave problema actual es que la derecha moderada que integran el PP y Ciudadanos (este último grupo acabará desapareciendo por dilución al haber abandonado el centro) carecen de líderes de peso. Solo hay que ver los discursos monótonos y previsibles de Casado que, por cierto, proyecta una imagen que parece un figurín de El Corte Inglés; y el estilo con falta de identidad de Arrimadas, algo parecido a sor intrépida. El único que tiene hechuras de carismático es Abascal, el líder de Vox, pero su extremismo difícilmente le permitirá llegar a ganar elecciones y tocar poder. Por tanto, como dice mi gurú político, en esta legislatura, en la oposición están cada uno a su bola, dando una imagen fragmentada y dispersa. Si Pedro Sánchez es capaz de controlar y encasillar en sus límites a sus socios radicales y conducir la futura organización territorial con tino, moderación y practicidad, el peligro de este Gobierno, como les digo en el título, no será para tanto. Además, es lo que hay.

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