Recientemente se han concedido los primeros sexenios de transferencia a los investigadores de las Universidades públicas españolas. 31 investigadores de diferentes ramas del conocimiento de la UA han recibido una evaluación positiva en esta primera selección, entre ellos el actual rector de la UA, Manuel Palomar.

Se ha puesto de manifiesto la importancia que la innovación tiene en el desempeño de las Universidades públicas. La Universidad no puede inhibirse de este cometido, atendiendo a su compromiso con la sociedad, en la construcción de un futuro mejor. Las Universidades públicas deben liderar una estrategia que apueste por el conocimiento y la investigación como motores del desarrollo económico y social, máxime en un contexto de cambio acelerado y global como es en el que estamos viviendo.

Ello implica asumir el liderazgo en este cometido, estableciendo una estrategia propia, que proyecte un futuro adaptado a nuestra realidad y de respuesta a los retos que se nos plantean, en vez de dejarse arrastrar por el impulso y la dirección que marcan otros. Debemos ser conscientes que el coste de innovar es siempre inferior al coste de no hacerlo.

Una Universidad centrada en la innovación requiere un plan estratégico que implique al conjunto de la institución de forma transversal en que señalen los objetivos, los medios y procedimientos y el horizonte temporal para desarrollarlo. Para ello, se necesitan recursos y reducir la burocracia, facilitando la flexibilidad para agilizar los procesos y fomentar la transferencia, dando continuidad a los proyectos, haciendo un uso óptimo de los recursos y diseñando nuevas políticas que eviten la incertidumbre de los investigadores y el colapso de las iniciativas, al tiempo que se potencie la transferencia y la difusión de los resultados logrados por el trabajo de los investigadores universitarios.

Desde la Universidad se debe exigir que se dé al conocimiento científico la importancia que merece en todas sus ramas como motor de competitividad, desarrollo y calidad de vida. En este sentido, la apuesta de la Universidad pública debe centrarse en la innovación como modo de detectar y dar respuesta a los retos que tiene planteados la sociedad, ya que la innovación es el principal motor de crecimiento y sostenibilidad que tiene una sociedad. Un motor que genera ideas que transforma en valor, en resultados positivos para todas las partes implicadas en una organización. Innovar es progreso, implica cambiar, mejorar, solucionar, facilitar y simplificar procesos, métodos y tareas.

Ahora bien, la innovación no puede limitarse a los departamentos de I +D, sino que debe concernir a todos los ámbitos de la institución de manera transversal y operar de forma continua en toda la organización, explorando permanentemente el entorno para detectar oportunidades y problemas, y seguir innovando, por cuanto innovar es una actitud que implica voluntad de mejorar. Innovar es mejora con respecto a lo que se tiene, bien porque se ahorra tiempo y recursos, se es más efectivo, se facilita un proceso o se provoca una externalidad negativa menor.

Desde este punto de vista, la innovación conlleva apostar por la creatividad, la tecnología, la información, la ciencia, el liderazgo y el emprendimiento; y debe incidir en aspectos técnicos, materiales, procedimentales y conceptuales referidos a todas las ramas del conocimiento.

En definitiva, una Universidad de calidad debe consolidar, junto con la formación y la investigación, la transferencia como un pilar básico de su función pública, asumiendo su compromiso por contribuir a un desarrollo más inclusivo y sostenible.

Como rector realizaré una apuesta decidida por la innovación en la Universidad de Alicante en todos los ámbitos de conocimiento.