Lunes
LA BRAGA TÁCTICA
Escoltada por cuatro geos, la embajadora en funciones de España en Bolivia hace una visita a su colega mexicana. La comitiva se detiene a las puertas de la embajada y nuestra diplomática accede a su interior mientras los policías permanecen en los vehículos. Unos vecinos detectan su presencia y comienzan a dar grandes voces ante la sospecha de que intentan «extraer» de la embajada a varios exministros de Evo Morales refugiados allí. Una multitud encolerizada y varias cámaras de televisión rodean los vehículos, que son pateados entre insultos. Los geos salen de ellos con sus armas a la vista y ocultos tras gafas de sol y «bragas tácticas», una maravillosa denominación a la que no he podido resistirme. Una señora golpea con el bolso a uno de ellos como si fuera un ratero de mercadillo. El incidente se extingue al poco y llega el turno de las explicaciones. Para el gobierno boliviano, España ha pretendido auxiliar a unos prófugos acusados de corrupción; para el español, era una visita «de cortesía» con la habitual escolta en países conflictivos; para algunos maledicentes, la financiación de Podemos y su pacto con Sánchez podrían explicar otra de nuestras zarzuelas internacionales.
Martes
CASO CERRADO
En Física, la ley de la gravedad decreta que los objetos caen; en Derecho, esto es opinable y en no pocas ocasiones los objetos levitan en lugar de desplomarse. Tras un parto con cesárea clandestina, la Abogacía del Estado ha informado que el preso Junqueras puede cumplir tanto con su obligaciones de eurodiputado como con su condena por el Tribunal Supremo. Se cuenta que Nicolás Salmerón comenzó a defender en un juicio la posición de la contraparte ante el pánico de su cliente. Advertido por el tribunal del error, reanudó su informe: «Es evidente que todo cuanto he dicho hasta ahora es insostenible; por el contrario...» La Abogacía del Estado ha consumido quince folios en fundamentar su criterio y todos sabemos que podría haber redactado otros tantos justificando lo opuesto. Que se haya decantado por la opción que casualmente coincide con las exigencias de Junqueras para dar el plácet a la investidura de Sánchez significa que la jurídica no es una ciencia exacta porque su fuerza de la gravedad es de casi diez escaños por legislatura al cuadrado y no de unos irrisorios metros por segundo.
MIércoles
ZOMBILANDIA
Cuando volvía anoche de cenar, me crucé con un joven que deambulaba con peluca rosa, camiseta de tirantes, pantaloncillos y zapatillas deportivas. Una explicación razonable es que se trataba de un rezagado de la San Silvestre celebrada horas antes que intentaba demostrar las virtudes térmicas de la ingesta de alcohol. Otra, que no sabía qué es la San Silvestre y sencillamente se había inspirado en Cristina Pedroche para engalanarse en Nochevieja. Lo interesante era que caminaba con la vista fija en su móvil, por lo que los tropezones se sucedían: un macetero municipal, una botella vacía, una ancianita con andador... Es indiscutible que estos incidentes se han incorporado a la rutina dada la abrumadora cantidad de personas que callejean con la vista gacha y mucho más indiscutible que los hemos asumido como un contratiempo disculpable. Desde que el taparrabos preludió el bikini, basta que la mayoría (o una minoría con vocación dirigente) habilite el cambio de usos sociales para que a todos nos parezcan irrelevantes gansadas tan rotundas como que la gente camine sin mirar dónde pisa o se tatúe el alfabeto chino en la nalga.
Jueves
EL FACTOR HUMANO
Tengo dificultades para interpretar algunas señales. Esta mañana he ido al banco. Uno de los dos cajeros no funciona y el otro no admite ingresos. La ventanilla sólo está abierta hasta las once y una muchedumbre hace cola frente a las mesas de dos empleados flemáticos. Por una malévola sincronía, en el resto de oficinas tampoco hay cajeros operativos. Un hombre me comenta que quiere ingresar un dinero pero sólo puede retirarlo. Le pregunto entonces qué hace allí y me dice que prefiere actualizar la libreta antes que acompañar a su mujer a la peluquería. Hay tantas explicaciones como estrellas en el firmamento: redes saturadas, convenios colectivos, pánico monetario, frenesí consumista o querencia consuetudinaria por las ventanillas. Por último, que a cuarenta y ocho horas de la llegada de los Reyes Magos se haya producido un colapso funcional de liquidez describe tanto nuestras dificultades para imitar la previsión de nórdicos y anglosajones como nuestra confianza sobrenatural en los poderes de tres reyes orientales: ellos se encargarán de los regalos. Felipe VI ha pedido un reino civilizado a sus colegas, claro.
Viernes
LA BALLENA BLANCA
En su última homilía dominical, un periodista aquejado de egocentrismo crónico elogiaba a Riego por haber protagonizado un golpe de estado «en defensa de la Constitución». Aunque se refería a la de 1.812, la insinuación era estruendosa y supongo que irá «in crescend» tras divulgarse que Sánchez y Esquerra han pactado una especie de referéndum que nadie aclara si será de reforma estatutaria o consultivo sobre la autodeterminación. Si la premisa es que la integridad territorial del Estado es indiscutible, cualquier consulta sólo puede crear más inconvenientes que ventajas. Pierdan toda esperanza cínicos y eufóricos en la política de gestos: un independentista es un independentista. Situados en estas coordenadas, la puesta en escena de la «Coalición Progresista», el acuerdo de gobierno entre PSOE y Podemos, queda en la tradicional trapisonda de la izquierda para garantizar la destrucción de empleo y poco más. Hay un generoso margen de irresponsabilidad entre perder unas décimas macroeconómicas y subastar el Estado, la letanía angustiosa que muchos compañeros, desde exministros a concejales, entonan en privado mientras en público aplauden el disparate con las orejas.
