La medalla de plata de España en el Mundial de Japón devuelve al balonmano femenino español al lugar que se merece. Significa la vuelta de la ilusión y un punto de inflexión para comenzar una era en la que el equipo nacional vuelva a luchar por el podio en todas las grandes competiciones. Este Mundial ha consagrado a Lara González como el gran baluarte del juego defensivo español, a Ainhoa Hernández como una de las mejores pivotes ofensivas del mundo y a Alicia Fernández como el recambio para la primera línea tras la salida de Marta Mangué y Macarena Aguilar de la selección. Jénnifer Gutiérrez también se ha consagrado como la extremo izquierdo titular de España, ha recibido el premio a su gran trabajo con el Elche y seguro que estará mucho años en la selección.