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La voz que clama

¿Es Greta Thunberg una extraterrestre o solo una pequeña enferma mental? En esas dos líneas divisorias, la que separa al terrestre humano del que no lo es y al chiflado del sano mental, está la frontera de la gran moral de la humanidad, o sea, los límites del imperio supremacista de los humanos cuerdos. Ese imperio es justamente el que nos ha traído hasta aquí, es decir, al punto en que la especie se está jugando ya la supervivencia, tras haber depredado y devastado todo lo que ha ido encontrando a su paso. Las circunstancias, o la providencia, o lo que sea que sea, han colocado a la joven y frágil Greta en un punto en el que ve las cosas como son y, a partir de esa visión objetiva y real, emite verdades evidentes, cuya sencillez se contrapone a la complejidad de los engaños, excusas y maniobras de despiste que la humanidad sigue fabricando en sus grandes telares para no verse como es.

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