La histórica victoria de España en las semifinales del Mundial de Japón pasará a los anales como un partido espectacular de Las Guerreras, que dictaron una clase magistral en tareas defensivas. Con mucha intensidad, salidas dinámicas a los impares, frecuentes cortes de balón y una línea central muy compacta que sorprendió a una selección con la experiencia y calidad contrastadas que atesora Noruega, que casi siempre acaba entre las cuatro mejores de todos los campeonatos internacionales.

Y cuando las nórdicas superaban a trancas y barrancas esa primera barrera española, se encontraban con otra muralla enorme que fue nuestra portera Silvia Navarro, tan espectacular como el resto: segura, rápida y sin fisuras. En esta gran demostración de seguridad defensiva destacó igualmente nuestra otra guardameta, la hispano-brasileña Darly Zoqbi, que detuvo varios penaltis para reforzar aún más la confianza de las jugadoras de Carlos Viver.

Pero no todo fue defender en la gran exhibición de España en tierras niponas y en una ronda tan exigente como las semifinales de un Mundial, con nuestro primer título y el billete a los Juegos Olímpicos en juego. Las Guerreras también se desplegaron con brillantez en ataque con un gran juego de pivote que dio muchos frutos. Tantos como las entradas por zonas exteriores y finalización por los extremos.

España tuvo otra gran virtud, que es clave en partidos de tanto nivel: la paciencia. Frente a lo ocurrido en algún partido anterior del campeonato, ante Noruega nunca se desesperó y siempre supo llevar el peso del partido y marcar la delantera en el marcador. Ni cuando el rival remontó los cuatro goles de ventaja del primer período las españolas dieron síntomas de nerviosismo o inseguridad. El equipo tuvo muy clara su idea de juego y la aplicó con inteligencia y presencia de ánimo hasta el final. Así se forjan los campeones: con serenidad, determinación y espíritu ganador.

De cara a la final de este domingo ante Holanda se presenta un partido muy igualado, en el que la selección española no tiene nada que temer. Confío en que no se repita el resultado del último Europeo de Francia, en el que Las Guerreras cayeron ante las holandesas por un solo gol de falta directa y a balón parado. En estas final volverán a ser determinantes el control de las emociones y el estado físico con el que llegan los dos equipos.

Holanda tiene jugadoras muy grandes, portentosas, que mueven muy bien el balón. Debemos estar muy atentas a sus laterales, sobre todo por el flanco izquierdo, y a su primera línea. Su juego se basa en la solidez defensiva para ganar fluidez en ataque.

Más allá del resultado de mañana,a el balonmano español vuelve a crecer con el apoyo de la Liga Iberdrola Guerreras y el cambio generacional ya da frutos.