Esta semana hemos celebrado el Debate del Estado del Municipio, una ocasión en la que los distintos consejos de participación, juntas vecinales y entidades sociales han expuesto su visión sobre la situación de la ciudad; donde han evaluado la gestión del equipo de gobierno y su forma de abordar los problemas. Habría sido una oportunidad valiosa si el alcalde hubiera respondido a las demandas; se podría haber convertido en una buena herramienta si el equipo de gobierno se hubiera centrado en las repuestas a las preguntas que los ilicitanos formularon.

Por desgracia, ha vuelto a ser una oportunidad perdida, durante más de dos horas y media (la oposición teníamos tasada nuestra intervención en 15 minutos) el señor alcalde se centró en vender, sin límite y con un afán propagandístico atronador, su supuesta gestión y los logros que están por venir (en futuro, pues no existen en presente). Y es que en eso ha convertido su gestión PSOE y Compromís: en una venta permanente de humo, en un anuncio de realidades futuras, en un simplista ejercicio de política ficción.

Además, empleó más de 45 minutos de su intervención en cargar contra el PP y nuestra labor, utilizando «argumentos» más propios de la oposición que de un gobierno; excusando su falta de acción con ataques personales y con un tono de voz, en ocasiones, elevado. Evidenciando que olvida que la oposición está para fiscalizar, controlar, criticar, pero le resultamos incómodos. ¿Qué denunciamos como principal partido de la oposición? Partimos de una base: el nivel de ejecución presupuestaria en inversiones es del 13%. Esto quiere decir que terminaremos el ejercicio sin haber cumplido ni una quinta parte de las promesas anunciadas a bombo y platillo.

Les pongo como ejemplo de este fiasco algunas actuaciones del Plan de Inversiones de enero y del plan de Inversiones Financieramente Sostenibles de abril, ambos aprobados con la colaboración del Grupo Popular. Actuaciones que no existen pese a los anuncios y la propaganda reiterada. Juzguen ustedes:

Pasarela en Altabix sobre el ferrocarril: no existe. Intercambiador del Hospital: no existe. Regeneración de la fachada de Carrús Este: no existe. Acondicionamientos y accesos de la Marina al Pinet: no existe. Campo de césped de la Hoya: no existe. Redacción proyecto de reforma de la Avda. de la Libertad: no existe. Construcción Pabellón Adaptado: no existe. Nuevos carriles para bicicletas: no existen. Plan Centro: no existe. Plan de mejoras de Centros sociales: no existe. Centros Culturales Altet, Arenales, Torrellano: no existen.

Hay muchos más, decenas de obras anunciadas y su consiguiente alarde de propaganda que en la actualidad son eso: ejercicios de voluntad, de intenciones; «venta de humo». Tomando como referencia la intervención del señor González en el Debate de 2018 encontramos, además, más de 40 incumplimientos flagrantes: anuncios que formuló de los que no hay ni rastro. ¿Qué sabemos de la revisión del PGOU y sus «trabajos preparatorios»? ¿Del Instituto Tecnológico de la Palmera? ¿Del Centro Nacional del Calzado? ¿De la conversión del Hort del Gat en Casal Fester? ¿Del Centro para el Diseño y Moda del Calzado? ¿Qué sabemos de la solución al edificio de Riegos? ¿Y al hotel de Arenales? ¿Y al colegio la Paz de Torrellano? ¿Qué sabemos de los EDUSI? ¿Y de la nueva contrata del restaurante de nuestro Parque? Son preguntas que nos hacemos ante los anuncios y los titulares lanzados por este equipo de gobierno. La respuesta es desoladora: no sabemos NADA. Y ante esto no cabe otra conclusión: estamos ante un gobierno incapaz pese a disponer de decenas de millones para invertir.

Nos acusó de muchas cosas. También de no haber invertido, apenas, en los cuatro años que gobernamos (hace ya 8 años de la victoria de Mercedes Alonso?). La respuesta es contundente y no por sabida hay que dejar de repetirla: no podíamos invertir porque tuvimos que hacer frente a una deuda asfixiante de 220 millones (dejada por los que ahora nos gobiernan), decenas de millones a pagar a los expropiados de los terrenos de la UMH y del Centro de Congresos, casi medio millón en facturas en los cajones y un Ayuntamiento al borde de la bancarrota. Y tuvimos que hacer frente a todo aquello. Y lo hicimos.

¿De qué «saca pecho»? ¿De haber convertido en un problema gravísimo el Mercado que puede derivar en una condena millonaria y la sepultura del centro histórico? ¿De vivir instalado en un permanente ejercicio de propaganda? ¿De crear problemas en lugar de solucionarlos? Vender humo, se llama. ¿Respuestas a los problemas de los ilicitanos expuestos la tarde del miércoles? Ninguna. Ausencia absoluta de autocrítica. Ausencia de voluntad para ofrecer soluciones a las reivindicaciones de las pedanías. La intervención del alcalde fue una verdadera decepción. Eso sí, este próximo año subida del agua, del IBI, del impuesto de vehículos, de todas las tasas, de todo.

Y ante todo lo relatado sólo caben dos acciones. La primera pedirles perdón. Hacerlo como miembro de esta corporación y hacerlo por haber formado parte (como oposición) de un pleno decepcionante que no hace más que profundizar en el divorcio cada vez más preocupante entre la opinión pública y la acción política. Pedirles perdón por integrar una corporación a cuyo frente está un alcalde que protagonizó esta exhibición de arrogancia y de ataque al PP; por haber constatado cómo el gobierno del PSOE es incapaz de dar respuestas a los problemas, a las quejas y a las demandas; incapaz de hacer un sencillo ejercicio de mínima autocrítica y convertir el Debate del Estado del Municipio en un trámite estéril y de confrontación política. La segunda acción es pedir al equipo de gobierno algo muy sencillo: ya no estamos en campaña. Ganaron las elecciones y es hora YA de actuar. Hagan, cumplan. Olviden las promesas y céntrese en las acciones que vienen anunciando. Dejen de un lado la propaganda y ejecuten porque Elche les necesita. Nosotros también.

Una vez más les tendemos la mano. Sus éxitos serán los éxitos de todos, pero sus fracasos, su inoperancia será una losa que no podremos seguir soportando mucho más.