Lo que el pacto PSOEPodemos esconde a duras penas ya asoma la patita mientras empieza a alumbrarse. El republicano catalán, Gabriel Rufián, uno de los encargados de gestarlo con el apoyo de los separatistas ha dicho que sería un oxímoron tener un gobierno de izquierdas y, al mismo tiempo, políticos en la cárcel. Obviamente desconoce en qué consiste esa figura retórica y también lo que es la izquierda.
Puestos, este insigne personaje podría ser el rapsoda de aquel "Vamos a contar mentiras", clásico entre los despropósitos literarios y un ejemplo de absurdo, del periodista y escritor gallego Antonio Neira de Mosquera: "Era una noche estrellada/ y sin embargo llovía..."
La contradicción, según Rufián, es que en un país donde gobierna la izquierda haya, sin embargo, políticos a la sombra. Pero cualquiera que no tenga una tara sabe que los políticos que delinquen, al igual que el resto de los seres humanos, pueden ir a la cárcel si lo deciden así los jueces. Los gobiernos de izquierdas o derechas, supuestamente, no tienen nada que determinar sobre este particular salvo aplicar indultos. Hay políticos catalanes presos condenados por sedición y malversación, asturianos por estafa en la administración pública, madrileños y andaluces por diversos casos de corrupción institucional.
Los tenemos de todos los pelajes. Pero los que Rufián, dice, no deben estar en la trena bajo ningún concepto son los primeros que, a su vez, son también los que han delinquido más gravemente, pienso yo. Lo que hace Rufián es anticipar el indulto como primera concesión para seguir hablando del Gobierno. Y por ello reinventa el oxímoron.
