El movimiento de atracción de empresas tecnológicas e innovadoras que se está produciendo en la provincia de Alicante está teniendo un éxito extraordinario. Distrito Digital, Parques Científicos, AlicanTEC, Torre Juana y administraciones públicas están consiguiendo posicionar a la provincia de Alicante como uno de los focos tecnológicos de referencia europea.

Pero, en mi opinión, y sin restar ningún mérito a lo logrado por estas instituciones, no es suficiente para que la provincia pueda absorber los más de 100.000 parados que tiene, o que se pueda incrementar la riqueza de la población alicantina de manera significativa (Alicante tiene una renta per cápita de las más bajas de España y que es un 73% de la media europea).

Debemos centrarnos también en la industria y la agricultura, facilitando la salida de nuevos productos al mercado o mejorar los procesos, lo que implicará una mayor contratación de personal y una mayor calidad de este nuevo empleo. Sectores como el calzado, plástico, juguete, hortalizas, textil, cítricos, materiales construcción?

¿Y cómo podemos hacer esto?

Creando una oficina de atracción de inversiones empresariales para la provincia. Se trata de buscar empresas de gran tamaño, del sector industrial y con carácter innovador, para que tengan como opción geográfica para futuras inversiones a nuestra provincia.

En la Comunidad tenemos la red de centros tecnológicos y Universidades más potente de España. Sería muy interesante un mayor acercamiento a las empresas de estos organismos. Para ello, una oficina que centralizara todas las actuaciones de transferencia de tecnologías desde estos centros a las empresas, sería una medida extraordinaria que aumentaría la relación entre ambos organismos.

La mejor forma de impulsar la innovación en las empresas es mediante la creación de departamentos específicos internos, que estén al margen de la operativa. Pero la mayor parte de las empresas de nuestra provincia no tienen constituidos estos departamentos, y la innovación la llevan a cabo otras áreas que también tienen que lidiar con el día a día de servir los pedidos. Para incentivar la creación de estos departamentos, se podría animar a las empresas a contratar a una persona que lidere esta nueva área, mediante una ayuda económica que cubra los costes salariales de la primera etapa y facilitando la búsqueda de este perfil.

Las ayudas públicas a la innovación son una de las herramientas que más utiliza la Administración para el fomento de estas actividades. Concretamente en la Generalitat Valenciana, se ha realizado un esfuerzo muy importante en los últimos años para dotar de un paquete de ayudas importante, pero una de las grandes problemáticas para las empresas a la hora de acceder a estas ayudas es la variabilidad en cuanto a los calendarios de publicación de las distintas convocatorias y los plazos de pago de dichas ayudas. Se debe disponer de un calendario anual de convocatorias, y reducir los plazos de pago a periodos razonables de 6 a 12 meses.

En toda España se da en la actualidad una paradoja: mientras que nos situamos con tasas de desempleo elevadísimas, muchas empresas no encuentran el personal que necesitan. Además, la automatización que están sufriendo la mayor parte de los perfiles de trabajo está creando una eliminación paulatina de profesiones y la creación de otras nuevas, a un ritmo vertiginoso. La situación es muy clara: los perfiles educativos no se están adaptando a la velocidad que están cambiando las necesidades de los mercados. Es, por tanto, necesario que desde las administraciones educativas se tomen medidas al respecto, adaptando la oferta formativa a las nuevas necesidades.