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José María de Loma

Me pido Paradores

Enterramos a un líder y bautizamos a un Gobierno. Ya mismo Navidad. Así va todo de rápido. Ayer la prensa venía plagada de obituarios políticos, raro y entretenido género, sobre Albert Rivera, el hombre que tras ensanchar el centro político halló la fórmula para estrecharlo hasta límites sospechados.

Tendrá un sitio en la historia política española por cómo se fue. Mejor dicho, por irse. Más que por su labor política, que fue sensata y reformista hasta que se convirtió en volantazo derechista. Nunca nadie de un partido alimentó tanto a otro. Las despedidas pueden ser tristes, groseras, ceremoniosas o a la francesa, ideal para una noche de copas. La de Rivera fue elegante.

El futuro es ahora de PedroPablo. Se reunieron en el Congreso (Sánchez prefiere La Moncloa, que lo inviste más de líder y empequeñece institucionalmente al visitante, pero la gente ya va aprendiendo). A la hora de la caña y las aceitunas. Luego dieron rueda de prensa para el Telediario y se va filtrando que fue el líder socialista el que cogió el teléfono para llamar a Iglesias. Esta debe ser una de las pocas llamadas entre conocidos en las que la muletilla esa de «a ver si nos vemos» resulta cierta y sincera. Y se vieron. El lunes. Esta gente está hecha de otra pasta, desde luego. Yo los lunes no estoy para nada, pero hay quien está incluso con energías para pactar. Y así hemos llegado a este punto de la semana, donde estás tan plácidamente almorzando y te montan un Gobierno. Oiga, a ver si van va a venir antes las subsecretarías que el segundo plato. Ya tenemos intención de Gobierno y ya andan azorados los aspirantes a canonjías, chollos y momios. Impacientes por que suene el teléfono. Correos, Paradores, el CIS, el BOE, TVE, EFE ya no serán regidas o gerenciadas, dirigidas, tal vez solo por socialistas y nos imaginamos a una legión de podemitas anhelando semejantes destinos, todos pensando por supuesto, como haría un pepero o un socialista, en el bien de la patria.

Gobierno de progreso, no suena mal. Aunque lo que suena bien es la palabra desbloqueo. Disfrútenla pero no la olviden, que faltan escaños con los que contar para la investidura. Faltan partidos por convencer. Tal vez Ciudadanos se redima a última hora sirviendo para algo. Arrimadas parece generar el máximo consenso. El máximo consenso en que como se descuide el partido se disuelve. Para Rivera, en la distancia, ya todo esto será ruido y furia. Ajena hojarasca.

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