Lo que no se elige. Nací en Pinoso el 9 de abril de 1975. José Pérez Ochoa, alcalde y médico, asistió a mi madre en el parto. Cuatro kilos y 500 gramos, ¿quién lo diría? Varón, segundo de tres hermanos. M de masculino, como indica el DNI.

Madre aparadora y padre salinero. Eso decía yo cuando en el colegio las maestras y maestros me preguntaban por la profesión de mi madre y mi padre. Una infancia muy feliz en un pueblo saludable, nada consciente del trabajo de sol a sol de mis padres para sacar adelante a tres hijos. Cinco personas en un piso de 70 m2, un baño y todos tan contentos. Sonrisas, felicidad, amigos y, lo primordial, la familia, primos, abuelos, tíos... en la época en que solo había un teléfono fijo en las ocho viviendas del bloque.

Adolescencia, confusión, incertidumbre por doquier. Amigas con novios y amigos con novias a partir de los 14 años. Y uno pensando y soñando con su profesor de valenciano, que por mucho que intentara borrarlo y sacarlo de mi cabeza, las hormonas, supongo, no lo permitían.

Atraído por personas del mismo sexo y día a día preguntándome por qué. Así van pasando los años, incluyendo el servicio militar. Casi con 10 años de retraso allá que vamos, ¡a salir del armario! ¿Y qué te encuentras? Situación desgarradora, lágrimas, dolor, exclusión y ganas de volver a entrar, cerrarlo con un candado y tragarte la llave para siempre.

Pero no. Familia, amigos, hilo de esperanza y preocupación obvia por parte de los seres queridos. El tiempo, como siempre, permite, poco a poco volver a la tranquilidad, a «normalizar» lo extraño y desconocido hasta el momento para muchas personas.

Lo que se elige. Terminas el bachillerato y continúas estudiando. Gracias al sacrificio de la aparadora y el salinero, también del pintor y del zapatero, profesión de mis hermanos, puede hacer frente a los gastos de matrículas, manutención y alquiler para obtener los títulos de Técnico Superior en Actividades Socioculturales, Magisterio de Educación Física y Licenciatura en Psicopedagogía. Institutos y Universidad pública, como la UA, fueron la base de una formación que me permitió aprender, valorar y empatizar, unos valores que siempre tengo presentes en el transcurso de mi vida.

Como guía siempre el sentimiento socialista, que despertó en mí muy pronto la inquietud por la libertad, la igualdad y la justicia social.

Mis abuelos, prácticamente analfabetos, mis padres, educación básica y yo, pese a que algunas personas piensen que las hijas e hijos de los obreros no tienen que ir a la Universidad, gracias al socialismo, la educación pública y las becas, yo tengo mi preparación académica y un lugar donde ejercer mi profesión de maestro en un centro escolar de mi pueblo.

Hace 8 años las vecinas y vecinos de Pinoso me dieron la oportunidad de representarles como alcalde. Emocionado porque cada legislatura hemos mejorado los resultados electorales, prueba de ello es que el pasado mayo la candidatura del PSOE recibió el respaldo mayoritario con el 70% de los votos. Ahora, gratamente sorprendido por formar parte de la candidatura del PSOE al Congreso de los Diputados por la provincia de Alicante.

Como diría Loquillo en su versión de la famosa canción de Burning «¿Qué hace un chico como tú en un sitio como este?». Muy sencillo: sentirse honrado y dichoso como hijo de trabajadores, maestro, homosexual y actual alcalde de Pinoso, porque el partido que tanto respeto me haya confiado esta gran responsabilidad.

Ocurra lo que ocurra en las elecciones del próximo domingo, continuaré actuando de la única manera que sé, porque como miembro de esta sociedad, como maestro y como alcalde, nunca he tratado, ni trataré, al alumnado y a la ciudadanía de forma discriminatoria por su raza, clase social, religión, sexo u orientación sexual, porque las personas son lo más importante y sus derechos han de ser prioritarios para la clase política.

Por eso, resulta denigrante escuchar decir a otros partidos presuntamente democráticos: «si a un niño no lo quiere adoptar nadie, que lo adopten los homosexuales». Sin entrar a calificar al responsable de estas palabras, desde el PSOE nos centraremos, únicamente, en defender la igualdad de oportunidades y las capacidades mujeres y hombres, independientemente de su orientación sexual o cualquier otro rasgo discriminatorio y, siempre, lucharemos contra la homofobia, el machismo, el racismo y la xenofobia.

En el PSOE esto no se elige, porque la base de nuestra ideología es que todas y todos somos iguales, que siempre hay que evolucionar y conquistar nuevos derechos. Es responsabilidad de todas y todos seguir luchando por ello. El domingo tenemos una cita clave para conseguirlo, así el lunes no tendremos que arrepentirnos de lo que podría convertirse en el inicio de la involución.

Respetar para que te respeten.