Esta semana se ha iniciado, en Les Corts el debate de los Presupuestos para el próximo año. Han tenido una gestación muy difícil. La falta de un Gobierno con plena capacidad en Madrid para hacer un presupuesto estatal para 2020, la situación económica y el aviso de que las comunidades autónomas deben apretarse el cinturón ante la gravedad de la misma, unido al hecho de que, ahora, en el Consell hay tres fuerzas políticas, en vez de las dos que hubo en la anterior legislatura, estuvieron a punto de obligar a prorrogar los Presupuestos de la Generalitat Valenciana de 2019.

Al final, el nuevo Presupuesto para 2020 asciende a 23.021 millones de euros, un 1,6% más que en 2019. Si recordamos que el Presupuesto actual supuso un aumento del 9,9% sobre el de 2018 se verá la diferencia.

La importancia de las cuentas autonómicas es vital para todos. Los presupuestos valencianos están muy condicionados por dos hechos: una herencia envenenada en forma de deuda, de la época de las obras faraónicas del PP y, por otra, por un mal endémico: la falta de una adecuada financiación autonómica que nos discrimina desde hace años.

Es sorprendente que llevemos, desde 2014, con el sistema de financiación autonómica caducado y que ni a PP ni PSOE les preocupe solucionarlo y buscar otro acuerdo. Mientras están en la oposición prometen hacerlo, y después ni Rajoy ni Sánchez han movido ficha.

Esta situación limita mucho la capacidad de actuación del Consell y todos nos resentimos de ello. La deuda de la Generalitat asciende, a 30-6-19, a 47.894 millones de euros y subiendo cada trimestre. Lógicamente los Presupuestos tienen que prever partidas para ir pagándola. Para 2020 figuran 6.411 millones en el capítulo «Servicio de la Deuda» destinado a pagar amortizaciones e intereses. Sube 625 millones sobre 2019, casi un 11% más. El pago de esta deuda supone el 27,8% del Presupuesto de Gastos (el 26,2% en 2019). Diariamente se pagarán 17.564 euros para reducirla. Una hipoteca tremenda para poder funcionar adecuadamente y que empeora cada año ante la pasividad de Madrid.

Los recursos a repartir a los municipios son, pues, escasos y hay que pelear por ellos. En esa guerra, Elx siempre ha ganado pocas batallas. Ni ahora, con dos conselleras allí, se ve compensado por años de discriminación. Y más teniendo en cuenta lo que aportamos a través de impuestos. Escasean las inversiones concretas hacia Elx, por lo menos entre las que se explicitan ya que, en muchos casos, se abusa de partidas genéricas que sirven para todo y evitan compromisos. Es una práctica que impulsó el PP y que ahora se sigue aplicando por su utilidad para el que manda.

La reforma del Hospital General de Elx, que viene haciéndose en los últimos años, y que buena falta le hacía, dispondrá de 2.400.000 euros en 2020. Sin embargo el tan necesario nuevo Centro de Salud de Altabix sólo tendrá 100.000 euros en 2020, de un costo previsible de 2.500.000 euros y el resto iría en otros años. Hay que decir que para 2019 ya hicieron figurar 100.000 euros que sirvió para el anuncio pertinente sin más incidencia. Se echa en falta más inversión en pedanías. Es preocupante la lentitud en resolver los problemas escolares en todo el municipio. Para la carretera dee Santa Pola figuran 406.000 euros, para un tramo, sin más previsión plurianual. Se nota que es una actuación que se hará en comodísimos plazos. La ayuda al Misteri seguirá en 58.000 euros. La del Patronato del Palmeral la mantiene Cultura en los 50.000 euros en los que se consiguió que se aumentara en 2019, tras la petición de Volem Palmerar. No se concreta, en cambio, la promesa de invertir 1.000.000 de euros en rehabilitar el huerto y casa del Hort del Gat. Tampoco en lo que respecta al Centro de Diseño del Calzado en el antiguo Correos.

La construcción de un segundo CEAM (Hogar del Pensionista) en el Sector Quinto tendrá que seguir esperando. A pesar del fuerte incremento en la Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas, parece que no es suficiente para acometer la construcción de más centros de este tipo, residencias de mayores, dependientes, etc., que serían la mejor solución, en toda la Comunidad, a la problemática escasez de instalaciones y a las deficiencias que se denuncian en las casos que está privatizada su gestión. Algo parecido ocurre con Sanidad y los crecientes problemas en listas de espera y falta de gestión en las concesiones privatizadas.

En todo caso es de esperar que lo presupuestado se haga (el nivel de ejecución de las inversiones del Presupuesto 2019 deja mucho que desear) y que aquello necesario para nuestro municipio pudiera incorporarse, vía enmiendas, para 2020.