"Si no te lo pones, véndelo". Este es el lema de Vinted, la aplicación lituana de compraventa de ropa y complementos que llegó a España este año y ya ha desbancado a Zara en el ranking de descargas. Su avance es imparable. Cuenta con una comunidad de más de 22 millones de personas y acaba de comprar a su principal competidora: Chicfy, la plataforma malagueña que se hizo popular por su eslogan publicitario "claro que sí, guapi".
El próximo 12 de noviembre los armarios de Chicfy se vacían y todos los perfiles migrarán, si el usuario lo desea, a Vinted. Ambas propuestas funcionan prácticamente igual, pero Vinted opera a nivel internacional y permite vender el excedente de ropa sin pagar comisiones.
En la era de los cajones ordenados con las prendas en rollitos al estilo Marie Kondo, donde todo lo que no te hace feliz debe salir de la casa, las aplicaciones de compraventa han encontrado un importante filón. Adquirir ropa de segunda mano se convierte en tendencia y un 38% de españoles reciclan su ropa a través de apps donde pueden vaciar su armario y llenarlo con prendas a precio de saldo. "En 2022 el sector de segunda mano superará al mercado del lujo" asegura Ashley Graham, analista de la compañía Edited. En este contexto, no es de extrañar que Vinted haya pagado 10 millones de euros por Chicfy y sus 18 millones de usuarios. Además, su propuesta es muy atractiva: el vendedor no paga comisiones y el comprador paga 0,70 euros de base más el 5% del precio del artículo y gastos de envío. En Chicfy, la plataforma se llevaba un porcentaje de hasta el 20% de cada compra.
Más diferencias: Vinted tiene una visión global y es posible vender fuera de España, las entregas se pueden hacer en persona si así lo acuerdan comprador y vendedor (al estilo Wallapop) y se permiten devoluciones si las dos partes acceden. Pero, ¿de dónde sale Vinted? Esta aplicación con origen en Lituania y negocios en Europa y Estados Unidos cuenta con inversores tan destacados como los reconocidos Accel Partners o Insight Venture Partners (ambos accionistas de algunos de las grandes tecnológicas de Silicon Valley).
La plataforma nació en 2008 para que Milda Mitkute vendiese su ropa durante una mudanza. Y funcionó. Después, su idea aterrizó en Alemania y dos años después llegó a territorio estadounidense. No fue hasta 2019 cuando hizo acto de presencia en España, pero su desembarco ha sido por todo lo alto con una inversión publicitaria de entre 5 y 10 millones de euros. Además, también llevan a cabo campañas con "influencers" como Tamara Gorro o Silvia Muñoz de Morales. Con todo, a día de hoy, en Vinted trabajan más de 280 personas y es la plataforma más potente del sector en nuestro país.
En descargas, se sitúa como la segunda más utilizada dentro del mundo de la moda, tras Privalia. Por detrás de ella, están apps muy utilizadas como Zara o 21Buttons (una especie de Instagram de ropa), según el Estudio General Mobile (EGMobile). El "trabajamos con solecito y amor desde Málaga" y los unicornios de Chicfy pasan a mejor vida a pesar del éxito de su fórmula: sacar dinero con la ropa que no se usa y mermar el impacto medioambiental de la industria de la moda -que es la segunda más contaminante según la ONU-. Aunque Chicfy baja la persiana, el negocio de la venta de ropa online sube como la espuma.
