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Francisco José Benito

La cuarta vía

F. J. Benito

Catorce millones de turistas y tres mil trabajadores esperan el tren a El Altet

El aeropuerto es el único de Europa en su categoría que carece de una dotación que Bruselas paga, incluso, a aeródromos tres veces más pequeños, como el de Pisa

Casi cinco años han pasado ya de un encuentro de trabajo para analizar el estado de las infraestructuras ferroviarias en la provincia de Alicante, que la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor -en su haber quedará para la historia ser el cargo público que inauguró el exitoso AVE con Madrid, aunque la estación-término sea de latón-, protagonizara en Alicante, en concreto en las instalaciones de este periódico, y rodeada de todo su equipo gestor en el Ministerio, entre los que figuraba el presidente de Adif, de origen alicantino para más señas pero afincado ya muchos años en Madrid. Tras la jornada de trabajo y debate, en la que no faltó el incansable líder vecinal José María Hernández Mata, para recordar el sempiterno problema del retraso que acumulaba y acumula la remodelación de los accesos ferroviarios a Alicante y la tramitación urbanística del Parque Central, llegó el momento de la distancia corta. La entonces titular de Fomento, astuta, educada y cordial, controló la conversación en todo momento, pero, sin embargo, no pudo frenar el desafortunado comentario de uno de sus colaboradores, precisamente el presidente de Adif, alcoyano para más señas.

Ni corto ni perezoso el susodicho soltó, a los postres, algo así como qué se creían que eran los alicantinos para reclamar que el aeropuerto tuviera una conexión con el ferrocarril. Para nota. Apreté los dientes por aquello de no incordiar a la invitada, y me quedé con las ganas de explicarle al buen señor las mil y unas razones, justificadísimas todas, por la que alicantinos, ilicitanos, torrevejenses, benidormíes... y los casi 14 millones de turistas que entran y salen de la Costa Blanca todos los años por el aeropuerto, merecen contar con una conexión rápida con el ferrocarril. Un aeropuerto que de puertas para adentro funciona como un reloj suizo -por cierto, desde el viernes cuenta oficialmente con su primera directora, la ingeniera industrial Laura Navarro-, y que en 2006, hace ya 13 años, superó los seis millones de pasajeros, la cifra a partir de la cual la Comisión Europea considera fundamental que los aeródromos tengan una enlace ferroviario. Una infraestructura con la que cuenta, por ejemplo, y la Generalitat lo ha podido comprobar en directo hace tan solo unos días, el aeropuerto de la ciudad italiana de Pisa, con un tercio del movimiento de pasajeros que El Altet. En concreto, un monorraíl pagado íntegramente por la UE.

El encuentro con la ministra, que aseguró tomar nota de todo, terminó, Rajoy volvió a ganar las elecciones (no acabaría mandato al ser destronado por Pedro Sánchez merced a una moción de censura), pero la conexión ferroviaria con el aeropuerto siguió en ese cajón en el que acaban casi todas las promesas que recibe Alicante pero que nunca se terminan de plasmar, y eso que en el aeropuerto existe desde 2010, va para diez años, el hueco para acoger una estación del ferrocarril, que sigue pasando, desde hace treinta años, a escasos 800 metros de la terminal, por Torrellano, pedanía ilicitana, donde se ubica, entre otros, un puntero parque industrial.

El aeropuerto, puerta de entrada a la provincia de millones de turistas, volverá a batir este año su récord de pasajeros, como viene haciendo ininterrumpidamente, cada año, desde hace ya una década. Durante la temporada baja, que arrancó el domingo pasado y se prolonga hasta finales de marzo de 2020 va a ser el aeródromo turístico peninsular que más crecerá porcentualmente, superando a Málaga, Palma e, incluso, al de Tenerife Sur, pero nadie sabe ni plazos, ni presupuestos para que cuente con el reclamado enlace ferroviario con Alicante y Elche. Y eso que el gobierno, hoy en funciones, asegura que lo tiene en estudio, adaptando para ello una parte del extinto proyecto de la Variante de Torrellano, anunciada en su día, también por los socialistas (en este tema el compromiso del PP se acabó cuando llegó el AVE en 2013), con un presupuesto de 150 millones de euros, que la crisis económica se llevó por delante.

La futura conexión ferroviaria con la terminal se ha incluido ahora en ese cajón de sastre en el que se ha convertido el Corredor Mediterráneo, proyecto en el que de un tiempo a esta parte cabe todo. Lo que empezó siendo, hace 15 años ya, una reivindicación del «lobby» Feermed para conectar Algeciras con Europa con una plataforma de doble vía para pasajeros y mercancías, incluye ya de todo. Desde el Tren de la Costa, al AVE entre Madrid, Elche y Orihuela, pasando por la retirada de las vías de la costa en San Gabriel y la remodelación de la red de cercanías entre San Isidro y Alicante. Proyectos y más proyectos, sin presupuesto, que, poco a poco, van lastrando el final de las obras del Corredor Mediterráneo, del que, por otro lado, hay expertos que consideran que nunca será competitivo si no se le dota de doble vía para pasajeros y otra doble vía para las mercancías.

Como en todos los grandes proyectos, las prioridades son clave y, hoy por hoy, la conexión del aeropuerto con el ferrocarril no parece ser lo más importante para una Administración, ésta, la anterior y, mucho me temo que la futura, que parece ignorar la importancia del aeropuerto para el turismo y el conjunto de la economía de la provincia. Solo el hecho de que en la terminal trabajen 3.000 personas en los diferente turnos tendría que ser ya motivo para contar con el tren pero, como siempre, las cosas importantes para la provincia siempre parecen estar en estudio, una forma fina de decir que no están.

Y al fondo los datos que impulsan al aeropuerto. La consolidación de turismo nórdico en la Costa Blanca -un millón de personas entre noruegos, suecos, finlandeses, daneses e islandeses-, el crecimiento sostenido del ruso, sin crisis en la provincia y la fidelidad de los ingleses van a reforzar este año la viabilidad económica del aeropuerto de Alicante-Elche, que sólo en ingresos por hostelería, tiendas, incluida la libre de impuestos, y alquiler de vehículos facturará en torno a los 50 millones de euros sólo en actividad. La terminal es una bicoca comercial con una media de 46.686 pasajeros al día y tira del empleo. Y seguimos sin tren.

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