Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis M. Alonso

Tsunami de ideas

Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, no es una lumbrera. Pero puede que haya dado con la solución para frenar la violencia en las calles de Barcelona: consiste en cambiar el emplazamiento de la Jefatura de Policía de Vía Layetana, trasladándola a la periferia. ¿Cómo no se le habría ocurrido a nadie antes siendo como es tan sencillo el remedio? Naturalmente, la única forma de evitar que los CDR ataquen a los agentes es que no haya agentes ni jefatura.

Los violentos, sin embargo, no molestan; pueden quedarse el tiempo que quieran provocando disturbios en sesiones de tarde y noche, en el caso de que la ocurrencia de Colau no surtiese efecto. Las movilizaciones contra las sentencias del procés también podrían evitarse si estas no las dictasen los jueces y en vez de ello repartieran condecoraciones a los golpistas. Colau ha empezado a sopesar el inconveniente que suponen para los intereses de Barcelona las llamas de la guerrilla urbana. Todos le han hecho ver que se trata de una anomalía y que la alteración sistemática del orden público y la seguridad afectan a la economía y dañan la convivencia.

Los grandes empresarios lo han comentado con el Rey y los dueños de pequeños negocios pierden a los clientes que no se arriesgan a transitar por el campo de batalla. Ellos mismos, en las actuales circunstancias, parece ser que han perdido las ganas de abrir sus establecimientos al público. Colau no es que no se quiera dar cuenta de la situación; maneja fórmulas alternativas para remediarla y una de ellas equivale a resolver el problema del hambre en África prescindiendo de los africanos. Mientras tanto el llamado tsunami democràtic, que azuza Torra, prosigue con bajas entre las "fuerzas represoras que, en vista de lo que sucede, parecen las fuerzas reprimidas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats