Este año se cumple el aniversario del que fuera el «I Festival de Teatre i Música Medieval d´Elx» por iniciativa del gobierno municipal socialista y de la Generalitat Valenciana, con el apoyo entusiasta de las Universidades de València, Alicante y Murcia. Esta iniciativa, única en España, fue adquiriendo gran relevancia edición tras edición, gracias a la participación de grupos teatrales de nuestro país y también de otros, como Marruecos, Italia, Rumanía, Turquía, Portugal, Noruega, Francia, etc. La participación de estudiosos del teatro medieval y religioso, tales como Francisco Rico, Luigi Allegri, Ricard Salvat, Joan Oleza, Victor García de la Concha, Jean Claude Aubailly, Federico Doglio, Alfredo Hermenegildo, Francesc Massip etc.; reconocidos profesores de universidades de España, Europa y América; y el primer director del festival, Luis Quirante Santacruz, con el que iniciamos el Festival, siendo concejal de Cultura Rosa Verdú, la ciudad d´Elx, se convertía en un ágora de enorme trascendencia para el debate, el estudio de la música y el teatro medieval, y todo ello bajo el paraguas del Misteri que valió, al mismo tiempo, para que visiones que permanecían cerradas sobre La Festa se abrieran a interpretaciones más rigurosas del pasado medievalista del drama sacro-lírico. En aquel entonces, y posteriormente, el Festival de Teatro y Música Medieval, dirigido por prestigiosos hombres de teatro, como José Monleón, César Oliva y los seminarios, por el catedrático Josep Lluís Sirera, y con la ayuda inestimable de Joan Castaño, se desplegaban siempre alrededor del Misteri, convirtiéndolo en el eje central de la programación.

Años Pares

La convocatoria del festival se celebraba cada dos años coincidiendo con las representaciones extraordinarias del Misteri, en los años pares. Además los seminarios trataban aspectos monográficos, desde la discusión teórica sobre el concepto del teatro y teatralidad medieval a los aspectos históricos, teatrales, filológicos, litúrgicos y musicales, todo detallado en las publicaciones del propio festival. Qué duda cabe que todo este esfuerzo supuso para nuestra ciudad ser un referente a nivel internacional, y para que La Festa se proyectara fuera de nuestras fronteras, realzando el camino para que la Unesco se fijara en una de las tradiciones medievales más importante de Europa.

La ciudad de Elx trabajaba sin descanso para convertir nuestra oferta cultural en la más singular y atractiva de nuestro país. Tanto es así que nos hermanamos con Agnani, ciudad medieval italiana, residencia de papas, y con un afamado festival de Teatro Medieval-Renacentista, llegando a firmar, nuestro consistorio, acuerdos de colaboración con dicho ayuntamiento, aunque de ello nunca más se supo. ¡Años de luces! para la cultura, el arte y el teatro para la sociedad ilicitana.

Es evidente que en estos últimos años el festival fue agonizando con el tiempo. Primera causa, hacer anual el festival de teatro fue una decisión errónea; desligar el festival de la representación extraordinaria del Misteri en otoño, dejaba sin alma y sin corazón la iniciativa. Así empezó la decadencia; se fue sustituyendo la calidad y el proyecto primigenio por representaciones alejadas de lo medieval y lo renacentista. Es verdad que no hay calles de sentido único en la cultura medieval y renacentista, pero esto, que fue el umbral y el sentido del festival, lo que nos diferenciaba de otros encuentros teatrales de España, habría que mantenerlo. Los seminarios, las conferencias, los debates, tristemente desaparecidos, arruinaron uno de los proyectos más sobresalientes de la política cultural de la ciudad y de nuestro país. Y por desaparecer hasta el número de edición del festival. Este proyecto necesita recuperar los seminarios, conferencias y debates, avanzar para que la ciudad siga siendo un referente en el mundo y así proteger nuestro patrimonio más querido como es La Festa, el Misteri.

Las Instituciones

La últimas corporaciones municipales, con la excusa de la crisis y la falta de presupuesto, y la falta de voluntad política de exigir a otras instituciones las subvenciones adecuadas con la importancia del festival, cosa que no ocurre con otras poblaciones como Alicante, Sagunto, Alcoy y la propia València. Triste, pero cierto. Nuestra ciudad no ha tenido la fuerza e iniciativa necesaria para exigir del Gobierno de la Generalitat, la Diputación, el Ministerio, etc. un aumento de las ayudas a la política cultural de acuerdo con la importancia de la ciudad y del que fuera el proyecto de un festival de renombre internacional. Agravios los hay, y muchos. No ha habido ningún interés por recuperar el contenido, la calidad que merecía el festival, dejaron que la enfermedad que venía avanzando dejara un festival desdibujado, y cuyo único aliciente era el mercado medieval. Creo que el Ayuntamiento y otras instituciones deberían hacer un esfuerzo por recuperar el discurso cultural de los inicios del festival y convertir nuestra ciudad en aquel referente internacional que tantos éxitos nos aportó. Eso sí, sin perder de vista el aprecio y el afecto que debemos sentir por nuestras tradiciones y por nuestro legado más importante como es La Festa.

En esta última edición del festival la iniciativa de la Concejalía de Cultura nos deja abierta una puerta a la esperanza de recuperar lo que nunca debimos perder. Queda mucho por hacer. Y sobre todo una apuesta seria y rigurosa por el futuro.