El 20 de octubre se celebra el día Mundial de la Osteoporosis, la llamada epidemia silenciosa del siglo XXI, que llega sin hacer ruido pero de consecuencias potencialmente graves e incluso mortales. Se trata de una enfermedad que no produce síntomas hasta que se produce la primera fractura ósea, siendo un problema sanitario global cuya importancia va en aumento con el continuo envejecimiento de la población y en el que deben participar pacientes, médicos y sistemas de salud.

La osteoporosis se define como un trastorno esquelético caracterizado por una masa ósea baja y deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, con el consecuente incremento de la fragilidad ósea y una mayor susceptibilidad a las fracturas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteoporosis afecta en España a 3,5 millones de personas (unos 2.5 millones de mujeres y 1 millón de hombres).

Por encima de los 80 años de edad se estima que más del 80% de las mujeres de nuestro país padecen osteoporosis. Solo en personas mayores de 70 años se contabilizan unas 65.000 fracturas de cadera al año en nuestro país. Más de la mitad de los pacientes que se fracturan una cadera, no se recuperan completamente como antes de haberla sufrido con la consecuente merma en la calidad de vida del propio paciente y de los familiares. A ellas hay que añadir las fracturas vertebrales que son mucho más frecuentes que las de cadera siendo las fracturas más frecuentes de todas.

Las consecuencias de estas fracturas son terribles para pacientes y familiares y suponen un gasto sanitario estratosférico. Por todo ello sorprende mucho que hasta el 80 por ciento de los pacientes que reciben el alta tras una fractura, no reciba ninguna recomendación que le ayude a prevenir la aparición de una nueva.

Es una enfermedad muy sencilla de diagnosticar, se necesitan poco más de 5 minutos para hacer una Densitometría ósea que es una técnica absolutamente indolora e inocua para el paciente. Pero no solo el profesional sanitario puede (y debe) controlar la enfermedad, los propios pacientes pueden hacer mucho por la salud de sus huesos. Debemos realizar una vida sana, con ejercicio físico diario (adecuado a la edad de cada paciente), evitar tóxicos como el alcohol y el tabaco, hacer una dieta rica en calcio y tomar el Sol con moderación para asegurar una correcta síntesis de Vitamina D, ya que esta Vitamina se obtiene con bastante dificultad de la dieta, pero con una adecuada exposición solar podemos «extraer» toda cuanta necesitamos. Basta con 5-10 min al día de sol en brazos, cara y escote para satisfacer nuestras necesidades. A pesar de que vivimos en un área con muchas, muchísimas horas de Sol al año, sorprenden los niveles tan bajos de Vitamina D en nuestra población (se estima que un 70% de la población tienen niveles bajos de esta Vitamina fundamental para la salud de nuestros huesos).

Por lo tanto, la osteoporosis debe considerarse como un verdadero problema de salud pública lo que justifica la implementación de medidas preventivas y terapéuticas eficaces para prevenirla y evitar así las fracturas. Así, el objetivo primario debe ser prevenir la primera fractura y preservar la integridad ósea aumentando la masa ósea y mejorando la calidad de hueso. Y el objetivo secundario, prevenir nuevas fracturas una vez se haya producido la primera.

Es muy importante que no solo nos acordemos de la Osteoporosis el día 20 de octubre y que estas líneas no caigan en saco roto. La mejor herramienta en esta enfermedad es la prevención y esa hay que realizarla diariamente.