Cuando, en los años 80, empezábamos a conocer cuáles eran las consecuencias del VIH y el Sida que sectores reaccionarios asociaron al colectivo LGTB, socialmente se inició otra nueva vía de discriminación. Viciosos, promiscuos y enfermos. De nuevo, la sociedad volcaba en las personas LGTB su lista de calificativos nacidos de los prejuicios que les imposibilitaban ver más allá del velo su desconocimiento.

Por eso, ha sido fundamental conocer cuáles eran y son los límites del síndrome, las causas por las que se produce la transmisión y el modo de cronificarla, es decir, tornarla hacia una situación serológica con la que cualquier persona pueda convivir, se tradujo en una implicación de la comunidad científica que ha hecho posible que hoy las personas diagnosticadas tengan una mayor calidad de vida gracias a los tratamientos que existen.

Una de las mayores reivindicaciones que se han hecho desde el movimiento LGTBI más potentes relacionadas con el VIH es la legalización de la PREP, un fármaco que ayuda a que se elimine el riesgo por contagio y ha de ser ingerido antes de las relaciones sexuales, en nuestro sistema sanitario así como la legalización de la profilaxis post exposición, que se suministra a aquellas personas que creen que han tenido contacto con el virus.

Hablar de medidas preventivas es hacerlo de cómo evitar que existan nuevos diagnósticos asociados hasta hacer que el VIH, además de cronificado, se erradique de nuestra sociedad. Debemos entender, sin embargo, que la PREP solo sirve para evitar la transmisión del VIH pero el resto de infecciones de transmisión sexual no se evitan con este tratamiento, la única barrera que existe es el preservativo.

Hoy, Día Internacional de la Prueba Rápida, desde el movimiento LGTBI llamamos a que todas aquellas personas, sea cual sea su orientación o identidad de género, si han tenido una relación sexual de riesgo, es decir, sin protección, se realice una prueba rápida de diagnóstico del VIH. Es fácil, sencilla y carece de dolor. Conocer tu estado serológico, sin embargo, te ayudará a que el tratamiento sea más efectivo y lo que es más importante, evitará que otras personas puedan ser contagiadas.

Tener VIH hoy día no es un problema; pero si sufres discriminación, ya sea en el ámbito laboral, social o familiar por tu patología sí que existe un problema: se llama serofobia. Y, lo que tenemos claro aquellos que nos dedicamos a la defensa de los derechos de las personas, es que ante cualquier tipo de fobia lucharemos.

Eliminar prejuicios y enseñar desde el respeto. Esa es nuestra forma de vida.