Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La andanada

Manzanares: el círculo cerrado y el dolor

Se cierra así el círculo de la temporada tal y como se abrió. Allá por marzo nos sorprendía la ausencia de José Mari en los festejos de Illescas y València

A los sones del toro de la jota con que cada tarde se cierra el festejo de turno en el coso de Pignatelli de Zaragoza se nos ha escapado el final de temporada (a falta de Jaén) con el gesto algo torcido, bien es cierto. Esperábamos, quienes seguimos con esperanza y denuedo las evoluciones de Manzanares, que en estas últimas semanas se culminara una temporada que ha ido in crescendo en calidades e intensidades. Y sin embargo, las alarmas han saltado otra vez con una nueva dolencia que suena ya a vieja, esa lumbalgia dolorosa e inoportuna que ha cerrado abruptamente las puertas de los patios de cuadrillas al torero alicantino.

Se cierra así el círculo de la temporada tal y como se abrió. Allá por marzo nos sorprendía la ausencia de José Mari en los festejos de Illescas y València. La dichosa dolencia de espalda tambaleaba ese comienzo de año y encendía las lucecitas de todos los avisos posibles. Si bien el espada alicantino no ha sido especialmente castigado con heridas por asta de toro en su amplia carrera, las lesiones de variada naturaleza sí le han mermado de manera evidente y han provocado ausencias de calado. En esos días de zozobra del mes josefino aprendíamos un nuevo término médico, rizolisis, que llegó como un bálsamo de Fierabrás quijotesco a calmar los tormentos del torero, de sus seguidores y también de las empresas, que veían en sus ausencias huecos difíciles de rellenar. En Castellón la normalidad volvió a colmar las expectativas manzanaristas, por fin.

Con todo, el comienzo abrupto se notó en el rodaje del torero, que siempre ha reconocido que se siente más cómodo a partir del verano y algo más frío en esos primeros meses. Sevilla era la gran cita, habida cuenta de su ausencia en el serial más importante del año, San Isidro, por aquel bombo de revolución extraña, que ni fue bombo ni revolucionó nada, y que privó tanto a la afición venteña como al propio diestro de poder rememorar momentos tan intensos como aquel 1 de junio de 2016 con el toro Dalia, cenit indudable de la carrera del alicantino, al menos hasta hoy. Pero no fue Sevilla tan propicia como otros años. Una oreja en tres actuaciones supo a bien poco, ciertamente. Aunque por el camino había cruzado el umbral de la puerta grande en Arles, mostrando que la espada seguía siendo su fiel aliada para amarrar trofeos aunque el toreo siguiera sin fluir del todo.

Mayo y junio se desarrollaron con buenos números en Jerez, Aranjuez, Plasencia, Zamora y Alicante, donde logró salir a hombros gracias al empuje incondicional de sus paisanos. Dos tardes escasas en julio dieron paso a un mes de agosto donde ya regresaron las mejores sensaciones a las muñecas de Manzanares. El Puerto de Santa María, Pontevedra, San Sebastián, Antequera y Linares le abrieron sus puertas grandes de par en par, y en Málaga y Bilbao, aun sin ese colofón a hombros, disfrutaron de la mejor versión del torero, a pesar de que a muchos les faltaba un triunfo redondo para afianzar la mejoría. La faena a Ruiseñor, bravo ejemplar de Victoriano del Río, supuso el punto de inflexión. Ante envite tan complicado, Manzanares ofreció una versión poderosa de altísimo nivel con la mano diestra y generosa con el toreo.

Con septiembre se esperaba lo mejor de la cosecha. En Villena revivió el toreo con la zocata más natural que nunca, para gozo de sus paisanos y en una fecha tan importante para la lucha por la libertad de la afición. Pero una lesión en la mano derecha volvió a provocar varias ausencias, y la lumbalgia que ha aparecido de nuevo en estas últimas semanas ha resucitado fantasmas que parecían olvidados. En Sevilla cerró una temporada de 37 actuaciones, lo que le supone estar entre los diestros punteros. Así está la cosa.

Quedan ahora meses para meditar y recuperarse plenamente. En un torero como Manzanares siempre se considera que la mejor versión está por llegar, seguramente por reminiscencias paternas. Ojalá sus aciertos y las lesiones se lo permitan el próximo año.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats