Secuelas de la gota fría que tanto daño ha ocasionado en la Vega Baja. Ingente cantidad de ciudadanos y comunidades de regantes -solo hay que leer prensa, oír radio o ver tele- acusan y repudian la negativa e indolente labor de los gestores-responsables de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). Por los testimonios recogidos y con toda la razón del mundo. Solo hay que echar un vistazo, antes y durante la lamentable riada, al cauce del río para comprobar la inoperancia e incompetencia de los responsables. Son 20 años sin «dar un palo al agua» y encima tirando balones fuera. Desolador.

Por lo visto y oído: Los responsables de la catástrofe padecida en la Vega Baja hace cuatro semanas, eluden responsabilidades. Nada más y nada menos hemos oído decir al presidente de la CHS, de nombre Mario Urrea: «la limpieza y mantenimiento del cauce del río Segura no es competencia de la Confederación». Entonces, ¿quiénes son los competentes? Desde siempre cualquier tipo de movimiento que se pretenda hacer en el Segura ha de ser con la autorización expresa de Confederación. Así el 18 de septiembre se le pide permiso y, acto seguido, autorizan desaguar al mar cientos de hectómetros que seguían inundando la Vega Baja.

Otro sí digo: Allá por el 30-8-19 la Comisión del Agua del PSOE-Vega Baja solicitó al presi de la CHS, en previsión de posible gota fría, una reunión urgente antes del otoño donde tenían previsto exigir a la CHS limpiar el cauce del río. Hicieron caso omiso.

Entendámonos: ¿Cuál es el cometido de la CHS y de sus gestores? ¿Cobrar por arte de birlibirloque, sin más? Dejadez e indolencia. Para muchos está claro: La CHS es un ente dirigido por personas que, al acceder al cargo, llevan implícito la asunción de responsabilidades, a la par han de dar cuenta de gestiones realizadas y por realizar.

Más a más: Días antes -11 de septiembre- de la debacle, el Ayuntamiento de Orihuela temiendo lo que podía pasar -riesgo de gota fría- se reúne y, previo a la celebración, invita al comisario de Aguas de la CHS, un tal Adolfo Mérida. No acudió. En su lugar mandó a dos funcionarios sin competencias de ningún tipo. Dejación de funciones

Y sigue: La indignación de regantes de la Vega Baja va creciendo. Han sido informados que la CHS, este octubre, va a celebrar Junta de Explotación. En el orden del día figura un apartado para gastos de Presidencia y Secretaría General de 6,3 millones de euros para el ejercicio 2020 -¡ahí es nada!-, soportado por el canon de regulación que pagan los regantes. Eso sí, ni un euro para prevención de riadas en el río Segura. No va más?.

Es tal el malestar de la gestión de los responsables de la CHS que un colectivo de ciudadanos está recogiendo firmas exigiendo la dimisión de sus componentes.

El chiste: El vicepresidente segundo y conseller de vivienda, por nombre Rubén Martínez, a las preguntas de los periodistas del por qué no había pasado por aquí en los días cruciales de la riada, va y sin más se explaya argumentando: « No quisimos ir a molestar a las fuerzas de rescate que estaban trabajando». Y se queda tan pancho.

Pues bien. Ha llegado a nuestras manos una carta que dirige el susodicho presi de la CHS Mario Urrea al Secretario de Estado de Medio Ambiente, en la que apunta lo cruel que ha sido el episodio meteorológico padecido del 12 al 15 de septiembre pasado por lo cual clama ayuda para la cuenca del Segura.

En la misma informa de la reunión mantenida por el equipo directivo del organismo de cuenca con las 17 comunidades de regantes -CCRR- de la Vega Baja el miércoles 25-9 -«a buenas horas mangas verdes»-. En ella también recoge el malestar por la situación del río en cuanto a conservación y mantenimiento. Sin que hasta hoy ni el secretario de Estado ni la señora ministra se hayan dignado en contestar, mucho menos en venir por la zona afectada. Están en funciones y?.

Ahora bien: De lamentos no se vive. Tanto descubrir y describir improperios no sirve para nada. Y como estamos con la exhumación de Franco? no hay tiempo para más?.

Incomprensible: Se calcula, insistentemente, que el volumen de agua, según los técnicos en la materia, sin conductividad, encauzada por el río Segura, que hasta lunes 16-9-19 ha desembocado al Mediterráneo por Guardamar, son 2.800 hectómetros, más o menos el equivalente a ocho años de trasvases del Tajo. Cabe preguntar a los doctos en la materia: ¿Por qué se desaprovecha esta ingente cantidad de hectómetros de agua de lluvia? Y luego nos lamentamos de la que derrocha el Ebro por Amposta.

Lamentable: que este caudal de agua dulce, no lo aprovechemos y se pierda en el mar, ello por falta de infraestructuras adecuadas que puedan almacenar esta riqueza. Con lo fácil y barato que sería canalizarla al embalse de la Pedrera o al Hondo y si no cupiera también se podría hacer un embalse a la cola del Segura.

Tampoco es muy de recibo que en los 40 años de Democracia no se haya hecho ni un solo pantano-embalse. Claro está, para ello necesitamos de cabezas pensantes?.

Derrochar una gota de agua es un crimen de lesa humanidad. Sabemos el problema, ahora la solución.