La industria no pasa por su mejor momento. Hace muchos meses que los datos de exportaciones no son favorables para el calzado. Las cifras de consumo interno tampoco ayudan. Elda lleva ya semanas sufriendo cierres de empresas y en Elche se respira miedo, pese a su consolidado parque empresarial. Quienes vivimos en la provincia de Alicante, tenemos unos años y llevamos a cuestas las cicatrices de varias crisis, sabemos que si gripa el calzado, lo pasaremos muy mal. Deseo de corazón que el conseller de Economía, Rafael Climent, esté lo suficientemente preocupado por los indicadores económicos como para que su departamento presente medidas en breve que eviten un fiasco descomunal. Lo suyo sería que los técnicos de la conselleria lleven tiempo trabajando en ello porque hayan avistado el humo del incendio mucho antes que los demás. Entre los empresarios se duda, porque no es un secreto que el conseller no se prodiga en exceso por la zona sur de la provincia, pese a que aquí es donde se concentra el calzado. Los industriales ilicitanos y eldenses comentan, con ironía y cierta retranca, que sospechan que para el de Muro parece que la provincia de Alicante acaba ahí, en Alcoy. Señor Climent, aunque el turismo va como un tiro y se está entrando, incluso, en el lucrativo sector del turismo extranjero de fin de semana; todos sabemos que en la diversificación está el secreto de una saneada economía. Háganos el favor de reunirse más con los industriales, mire qué marco necesitan para que las empresas no cierren. Aunque no haya querido ser conseller de Industria y haya preferido serlo de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, no olvide que la industria del calzado es un gran sector productivo del que depende mucho empleo en el sur de la Comunidad Valenciana.
