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El contexto

El contexto histórico y social incide sobre los significados de toda obra literaria o artística, sobre los avances de la ciencia, pero también sobre la industria, la economía, la convivencia social.

Un contexto social que apoye la creación y las artes produce una sociedad rica, y a la inversa, un contexto que obvie el diálogo del arte contemporáneo anula muchos de los recursos para que una sociedad progrese en todos sus ámbitos.

El fin principal de las instituciones públicas es la de crear ese contexto que propicie la activación de las artes, de la cultura, de la economía, del deporte, de la educación, del urbanismo... porque todo forma parte de lo mismo, del bienestar y progreso de una sociedad.

Si en la Viena de principios de siglo XX, urbanistas, arquitectos, pintores, músicos, filósofos... se unieron para derribar las murallas de la antigua ciudad medieval y diseñar una nueva ciudad para una nueva sociedad, fue porque esa sociedad culta era consciente de la necesidad de la creación de un nuevo contexto acorde con los nuevos tiempos.

Alicante en este siglo XXI tiene el gran problema de no saber qué es lo que quiere, o si lo sabe no es capaz de poner los medios para generar un contexto que propicie el desarrollo de su ciudadanía, en todos los ámbitos.Alicante es una ciudad volcada al mar, que vive del sol y la playa, del turismo, y no hace más que taparlo con edificios, casino, información y turismo, o con esculturas de muy dudoso gusto...

En cuanto a la cultura, ¿por qué está el IVAM en Alcoi y no en la capital de la provincia? Alcoi es consciente de la importancia del contexto cultural y lucha por tener un lugar protagonista en la creación y la cultura contemporáneas. Sin embargo, ¿qué pasa con Alicante?

El contexto cultural es una cuestión de las instituciones, que no son un ente abstracto sino que están dirigidas por personas, que definen y realizan sus acciones.

Universidad, Ayuntamiento y Diputación, principalmente, pero también, los colectivos profesionales, colegios, asociaciones? todas estas fuerzas son las que tienen que establecer las líneas de un contexto que apoye un proyecto cultural, un proyecto de ciudad, que pueda crear una sociedad crítica, informada, que propicie el desarrollo social y cultural. Pero ¿Qué presencia tiene hoy la sociedad en el proyecto cultural de estas instituciones?

El Guggenheim de Bilbao lleva años desarrollando proyectos con los que busca una incidencia en las estructuras de la docencia primaria, secundaria y universitaria. Las instituciones alicantinas trabajan al margen de este sustrato social tan importante, no establecen las relaciones base por las que se crea un contexto de progreso. Y es que para ello, las instituciones deben tener un concepto global de cultura, de ciudad, un proyecto propio que atienda a sus propias características, que responda a las necesidades intelectuales y artísticas, de formación y participación de la sociedad que las rodea.

Nuestros museos no tienen un proyecto cultural, excepto el MARQ, cuya voluntad de crear un contexto cultural ha sido respaldado por las instituciones públicas y privadas. ¿Por qué no ocurre lo mismo con las restantes sedes de la cultura?

El gobierno vasco se propuso modificar la cultura de la ciudad, para ello creó un contexto propicio a la cultura contemporánea, a partir de la alta cultura, al igual que Málaga. En esta ciudad, a partir del CAC y del Museo Picasso, se han instalado tres museos más de prestigio internacional, generando una industria cultural y un contexto muy rico.

¿Nuestros políticos se plantean que clase de ciudad quieren que sea Alicante: hogueras y playa, o algo más, qué? La falta de contexto produce el aislamiento social y la exclusión, y por lo tanto, la incomunicación entre la sociedad y la cultura.

La cultura no solo tiene un impacto positivo en la creación de una sociedad mejor, también tiene un impacto económico para la ciudad. Esto es lo que los responsables políticos no entienden o no ven, excepto los que decidieron al apoyo al MARQ, fruto de un deseo de promover y difundir el conocimiento histórico de las antiguas civilizaciones.

Una sociedad, que prospere social y culturalmente, debe crear el territorio indispensable para una cultura como fuente de conocimiento y de interés por el otro.

Cuando las instituciones públicas fallan, es la iniciativa privada la que puede llenar el hueco, como sucede con la librería Pynchon, que se está convirtiendo en un espacio de información, de debate, de encuentro de diferentes artes. Pero evidentemente estos esfuerzos, aunque importantes, no son suficientes; para que haya un contexto fuerte es necesario la institución pública. Si esta se activara, seguramente la iniciativa privada sería todavía más fuerte, apoyada por un contexto más rico.

La falta de contexto crea una sociedad pobre, falta de recursos, acrítica, sin criterios para definir su proyecto de vida en esta ciudad.

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