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Tribuna

Redoble de campanas por lo del monumento a Jorge Juan en Elche

Como los recuerdos de la vida conforman la sustancia del pasado, les diré que en el 2000, en el Año Mundial de la Matemática, al comprobar, como ilicitano y matemático, que todas las biografías que se habían escrito sobre Jorge Juan ninguneaban el ilicitanismo inducido a Jorge Juan por sus familiares maternos, los Santacilia y los Soler de Cornellá de Elche, al igual que lo hacían con su faceta matemática, la más preciada del Sabio Español, nombre con el que lo distinguían sus colegas europeos, enojado, saqué a Jorge Juan del letargo en que mi mente lo tenía sumido, me adentré en su mundo, busqué a los más legitimados jorgejuanistas y me ocupé con intensidad del personaje del que sólo su sombra conocía.

Me documenté sobre Jorge Juan en bibliotecas de Elche, Alicante y Orihuela y clamé, a través de la prensa, para que se saldara la ignominiosa deuda histórica del monumento a Jorge Juan en nuestra ciudad, sin lograrlo por haber hecho oídos sordos, incluso, Corporaciones Municipales como las presididas por Diego Maciá y Mercedes Alonso, que para mí fueron dos buenos alcaldes, presentes varias veces en las presentaciones de mis libros sobre Jorge Juan.

Redimido, por intentar enderezar al menos el entuerto de la no existencia de monumento en nuestra ciudad al Santo y Seña de la Ilustración Española, expuse a los ilicitanos, el porqué a Elche le correspondía una sustancial cuota-parte de la fama de Jorge Juan y el porqué, en la medida que me lo permitió mi intelecto, «puse en solfa» a los autores de las biografías sobre Jorge Juan, que se olvidaron, por ejemplo, de la meritoria transcripción, primicia documental de la «Festa d'Elx», que hizo de la Consueta, del libro del Misteri d'Elx, Gaspar Soler de Cornellá, en 1725; ignorando que, en 1707, la mismísima Virgen de La Asunción, heredó el Vínculo del Doctor Caro de Antonio Soler de Cornellá, tío-abuelo de Jorge Juan, que su madre Violante Santacilia y Soler de Cornellá y su hermano Bernardo fueron Señores de Asprillas y que, por lo tanto, el Sabio Español tuviera siempre como referente familiar a la ciudad de Elche. Divulgué, como catedrático de Matemáticas, los aportes científicos más destacados de Jorge Juan a la Matemática Aplicada, como aquél en el que dijo, «este problema está resuelto en muchos libros pero la fórmula que sacan sólo sirve para arcos pequeños, pues si se aplica a todo el cuadrante de la elipse, los términos de la serie disminuyen tan lentamente que es impracticable, por ello me ha parecido que puede gustar, a los geómetras, el método que yo he seguido, pues en él se evita el inconveniente que padecen los demás». Dí «fe» matemática, mediante la integral elíptica completa de segunda especie y a través de la revista matemática Suma, una de las mejores que existen en España y llega prácticamente a todas la universidades de nuestro país, he incluso a algunas extranjeras, de que Jorge Juan hace unos tres siglos fue capaz de demostrar, apoyándose en el Cálculo Infinitesimal que acababa de crear Newton, que el centro de la Tierra dista 24,0253 Kms. más de los puntos del Ecuador que desde los Polos.

La pregunta del millón sería, por lo tanto, la siguiente: ¿logré lo que quería? En cuanto a lo del monumento a Jorge Juan en Elche, evidentemente, ¡no!, pero y ¿allende el extrarradio ilicitano?, ahí tengo mis dudas, porque, por ejemplo, Manuel Areal Álvarez, Presidente de la Asamblea Amistosa Literaria que creara el propio Jorge Juan, escribió que mi libro, Biografía y Matemática de Jorge Juan, «describe los hechos del biografiado con un bello ropaje literario, que enriquece con datos poco conocidos sobre su familia materna, los Santacilia y los Soler de Cornellá de Elche» y, José Luis Gómez Urdáñez, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de la Rioja, en su extenso artículo El Ilustrado Jorge Juan, Espía y Diplomático, escribe textualmente que, «conocemos con detalle el problema matemático y su solución, en el que ha reparado con bastante intención didáctica Diego García Castaño, aclarando de una vez a los profanos lo que era tan difícil de seguir en los textos de Jorge Juan, nada menos que la comprobación de que el gran Newton llevaba razón cuando de sus teorías se concluía que la Tierra era una esfera, sí, pero achatada por los polos».

Por eso somos pacientes y al igual que el Ave Fénix renace de entre sus cenizas, Elche podría llegar a ser con su Monumental Monumento a Jorge Juan y el redoble de campanas de nuestro pueblo, como ya hemos dicho otras veces, la capital del jorgejuanismo «urbi et orbe».

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