Agarrado al eterno Nino, el Elche sumó ayer un punto de mucho mérito ante un buen Rayo Vallecano, que demostró en el Martínez Valero que puede ser un candidato serio al ascenso, pese a sumar su quinto empate consecutivo y séptimo en 10 partidos. Tras una primera parte insulsa, muy trabada y sin apenas ocasiones, el partido cogió mucho vuelo tras el descanso y se convirtió en un «toma y daca» constante con intercambio de golpes y frecuentes visitas a las dos áreas.
El técnico franjiverde había vuelto a cambiar la alineación como un calcetín con seis novedades en el «once» titular para recuperar a hombres clave como Gonzalo Villar, Ramón Folch y Yacine tras el fiasco de Extremadura. Sin embargo, fueron los cambios del segundo acto los que reactivaron al Elche cuando más le costaba a los ilicitanos armar juego y contener las acometidas del Rayo, liderado por Embarba, Trejo y Álvaro, que se hicieron con el dominio del partido en esa fase. Apostó Pacheta por Nino e Iván Sánchez para refrescar a los suyos y el decorado cambió: el duelo se igualó y pasó a disputarse de poder a poder.
En este nuevo escenario apareció el de casi siempre, Nino, que en su 750º partido como profesional y a sus 39 años volvió a acreditar su astucia y habilidad para citarse con el gol. Fue una buena acción de estrategia de los ilicitanos en un saque de falta de un notable Juan Cruz, prolongada por Dani Calvo y culminada, libre de marca, por el delantero almeriense, que ve en el área contraria lo que muchos ni intuyen.
No le perdió nunca la cara al partido el Rayo, que empató 10 minutos después en una buena llegada por su banda izquierda. Reclamaron hasta tres posibles penaltis los franjiverdes en este segundo tiempo de ida y vuelta, en el que Iván Sánchez rozó el 2-1 con un zurdazo cerca del palo y Mfulu aportó las fuerzas que le faltaban al internacional sub'21 Gonzalo Villar. Pero también Edgar Badia salvó el punto con una gran parada en los últimos compases. Un punto para crecer frente a un rival de tronío; un empate que casi sabe a victoria. Y así lo demostró la grada, que ovacionó a los suyos tras una sola victoria de cinco partidos en casa.
