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Manipular votos a golpe de meme

La propaganda digital está situando a la democracia en "una situación crítica", según un estudio de la Universidad de Oxford

La manipulación de la opinión pública a través de las redes sociales se ha duplicado en los últimos dos años: un total de 70 países utilizan la propaganda digital para difundir su mensaje a una audiencia que pueden configurar a medida gracias al marketing digital. El uso de las redes para la desinformación ideológica "es un problema global" que "contamina el ecosistema de la información digital", sentencia un informe llevado a cabo por la Universidad de Oxford.

Según sus conclusiones, Facebook sigue siendo el rey de la propaganda política por su gran alcance (tiene más de 2.400 millones de usuarios en todo el mundo) y su capacidad para segmentar al público de sus anuncios. Instagram y Youtube le siguen de cerca gracias a la efectividad de vídeos y memes para influir, de un solo vistazo, en la opinión de las personas. En España, comienza el bombardeo de cara al 10N. Las imágenes llegan mejor y más rápido a la audiencia que cualquier otro tipo de herramienta de propaganda. Por eso, Instagram -más de 1.000 millones de usuarios- y Youtube -más de 2.000 millones- se alzan como las nuevas redes donde difundir mensajes engañosos. Desde 2018, los vídeos e imágenes son los reyes de la manipulación, según el estudio "The Global Disinformation Order: 2019 Global Inventory of Organized Social Media Manipulation".

También se aprecia una tendencia al alza de cara a los próximos años: el uso de Whatsapp para llevar a cabo campañas más directas. "Ahora hay menos sitios web basados en texto que comparten artículos sesgados. Predominan más los vídeos con contenido rápido y consumible. Los memes y los vídeos son muy fáciles de consumir en un entorno de poca atención", señala Samantha Bradshaw, investigadora de la universidad británica y autora del informe junto a Philip Howard, el director del "Oxford Internet Institute".

El uso de algoritmos, automatización y "big data" ha cambiado el alcance de la información en la era digital y aunque las redes sociales se anunciaron como "una fuerza para la libertad y la democracia, cada vez se cuestiona más su papel en la amplificación de la desinformación", considera Bradshaw. La utilización de la tecnología como herramienta política plantea una situación "crítica para la democracia moderna", sentencia Howard. Su conclusión se basa en datos del estudio como este: 45 democracias han utilizado la propaganda computacional -acumular seguidores falsos o difundir artículos manipulados- para obtener el apoyo de los votantes. O este: 26 estados autoritarios utilizan las redes para controlar la información, desacreditar a las voces opositoras y suprimir la libertad de prensa.

Entre tanto, las redes sociales ponen parches al problema. En el caso de Facebook, aunque se demostró su influencia en las elecciones de Estados Unidos de 2016, no va a eliminar ni un solo mensaje político porque no quieren "impedir que los discursos políticos alcancen su audiencia y sean sujeto de debate y escrutinio públicos".

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