El destape de Íñigo Errejón hace que en poco tiempo hayamos pasado del bipartidismo imperfecto a seis partidos estatales

La semana ha regalado incertidumbre. Un presidente americano, Donald Trump, imprevisible y sometido a «impeachment» en un momento económico delicado y cuando falta poco para las presidenciales. Un primer ministro británico, Boris Johnson, humillado en el parlamento y en el Tribunal Supremo pero que sigue queriendo salir de la UE el 31 de octubre. Incluso sin acuerdo. Añadamos algo menos espectacular pero relevante: la repulsa de varios bancos centrales -no sólo el alemán- a la política monetaria de Draghi en el BCE.

En España ya casi todo está pendiente de las elecciones del 10-N. Y aumenta el clima de incertidumbre. El Índice de Confianza del Consumidor de agosto ha sufrido un notable descenso, hasta 88. Oscila entre 0 y 200 y hace pocos meses estaba por encima del punto medio de 100, lo que indicaba optimismo. ¿Por qué ha caído? Por las noticias negativas de la economía mundial y por la creciente sensación de parálisis política. Y la encuesta del CIS de setiembre indica que el malestar hacía los políticos alcanza cotas muy altas y nunca vistas. Es señalado ya como el primer problema por el 45% de los españoles, sólo por debajo del 60% que apunta al paro.

¿Cómo afectará esta incertidumbre al resultado electoral? Si genera voto de protesta favorecerá a la oposición. Pero también puede impulsar al PSOE, que ganó con claridad las pasadas elecciones, si es visto como un refugio ante alternativas menos solventes. Varias encuestas publicadas, todavía no fiables (el 10-N queda lejos) apuntan a una subida tanto del PSOE (ligera) como del PP y a un claro descenso de Cs.

Algunos sostienen que vuelve el bipartidismo. Puede ser, pero de momento la realidad es otra. En abril sacaron escaños significativos -por la irrupción de Vox- cinco partidos de los llamados nacionales cuando antes eran cuatro. Y ahora parece que serán seis por la emergencia de Íñigo Errejón que con su lista de Mas País consagra la partición del espacio a la izquierda del PSOE que hasta ahora monopolizaba Podemos.

Parece que Errejón se presentará en unas diez provincias que eligen más de siete diputados y donde por tanto el resultado es mas proporcional y la división de la izquierda perjudica menos. Y Errejón ya ha pactado con los valencianos de Compromís, con la Chunta aragonesista y con Equo. La principal incógnita es si se presentará por Barcelona (elige a mas de 30 diputados), pero donde Ada Colau mantendrá su pacto con Iglesias y Errejón tiene difícil desafiarla. Por cierta sintonía política y porque Ada Colau y Manuela Carmena son dos referentes del municipalismo progresista.

Así lo más relevante del nuevo tiempo electoral es la emergencia de Errejón y la partición electoral del espacio a la izquierda del PSOE. Algunos recuerdan que Podemos nació como respuesta al fracaso de Zapatero (y de la socialdemocracia) para afrontar la crisis del 2008. O para convencer que la política impulsada por Alemania y el BCE era para España, un país del euro, no sólo la única posible sino la conveniente. De ahí nació Podemos que ha perdido impulso a medida que el PSOE se ha rehecho y que la economía se ha recuperado. La tasa de paro ha caído del 26% hasta el 14%, todavía lejos de la media europea y del 8% del año anterior a la crisis.

Pero de la misma forma que del fracaso de Zapatero (y el anquilosamiento de IU) nació Podemos en las europeas del 2014, el 10-N podría emerger Mas País por los fallos repetidos de Iglesias en encarnar una izquierda del PSOE operativa. Está el recuerdo del 2016, cuando votó con el PP contra la investidura de Sánchez, y ahora se ha vuelto a columpiar. No fue flexible en la negociación de julio y ha preferido repetir elecciones a renunciar al gobierno de coalición. Siempre en la creencia de que, en el último minuto, Sánchez cedería.

No ha sido así y por la ventana del dogmatismo de Iglesias -y de su incapacidad de pacto no sólo con el PSOE sino con sus socios- se ha colado Errejón con su improvisado Mas País. Y Errejón perjudicará a Podemos. La única encuesta que conozco y lo toma en consideración, la de GAD3 para el «Abc» del jueves, le da un 5,2% del voto y 9 diputados mientras que Podemos baja dos puntos en estimación de voto y cae de 42 a 34 escaños.

¿Íñigo Errejón engordará solo a costa de Iglesias? Demasiado simple. Puede ser que Mas País no sólo sea atractivo para el votante pragmático de Podemos, sino que también pueda morder en el electorado socialista que no ha entendido el «no es no» a la coalición de izquierdas. Pero Moncloa transmite tranquilidad.