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El zaplanismo nunca se fue

Resuelto el ciclo electoral municipal y autonómico y a la espera de una posible repetición de las generales, ya se puede decir, como apuntaba el domingo el periodista Francesc Arabí en su perfil de Twitter, que el zaplanismo está otra vez de moda. Diría, sin modificar ni un ápice esa apreciación, que los restos del movimiento zaplanista reconvertido luego en ripollismo han vuelto al mando del PP por obra y gracia de la voluntad de Pablo Casado y Teodoro García Egea pero también a condicionar en gran medida el mensaje de la derecha con su cuota reencarnada en la estructura de Ciudadanos - Emilio Argüeso, Emigdio Tormo, Enrique Ponsoda, Rafa Vives...- e, incluso, con influencia entre ideólogos del discurso de Vox. Nunca, más allá de eso, se terminaron de marchar. Siempre estuvieron.

Esta nueva etapa tuvo su episodio más importante en la vuelta de Carlos Mazón a la primera línea para presidir la Diputación. Y se escenificó el pasado domingo durante un acto en Benidorm que colocó al PP de Alicante como casi la única esperanza que tiene Génova de reflotar el partido en toda la Comunidad de cara a las elecciones autonómicas de 2023. Como casi siempre, los asistentes se quedaron con la brocha gorda que se utiliza para arrancar el aplauso populista de la tropa del PP: agua, tasa turística, ataques a Pedro Sánchez en tono preelectoral, apelaciones a la unidad de la derecha, agitación del conflicto educativo y de la guerra contra el valenciano... Pero, en ese contexto, debemos atender a los trazos más finos del pincel. A destacados militantes del PP no les pasó desapercibida la reflexión que realizó Mazón sobre los dirigentes que han vuelto a la primera línea popular en los últimos tiempos como base de la reconstrucción del partido. Una idea que coincide plenamente con la tesis que tiene Pablo Casado sobre el futuro del PP.

Casi a la vez que ese acto público en Benidorm, la Diputación hacía pública el grueso de la nómina de asesores que tendrá Mazón en el Palacio Provincial. Otro signo del poder zaplanista. Al frente de la lista, nada menos que como jefe de gabinete presidencial, Santiago Lumbreras, protagonista de la triste purga con «listas negras» de periodistas de Canal 9 que en teoría eran peligrosos para el hoy acusado de corrupción Eduardo Zaplana, jefe de prensa de Terra Mítica en los peores tiempos de gestión pública y en los últimos años con sueldo en la Cámara tras su vinculación a proyectos mediáticos fallidos impulsados por el PP. Junto a Lumbreras, otros reconocidos zaplanistas que actuarán de asesores como el veterano Juan Molina o Consuelo Maluenda, pieza fundamental para controlar el engranaje interno del PP. Nombres que suman a otros que entraron en las listas electorales como José Antonio Rovira o Macarena Montesinos. Ya están aquí.

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