Sí, porque la política echa chispas. Y me estoy refiriendo, claro, al gobierno de España. Llegó el temido septiembre y estamos donde estábamos, es decir, deshojando la margarita, que si sí? que si no?, y no me gustaría nada que la repetición de elecciones generales tuviera como culpable (sic) a un partido que surgió como regenerador de la vida política española, hecho que en su momento resultó positivo y que ahora pierde fuelle por su radicalismo. Unidas Podemos insiste en ser titular de poltronas en una hipotética victoria en votos del PSOE y creo que no sería de recibo que un partido de izquierdas abriera la puerta a una coalición de derechas que sin duda sumarían más votos que una de izquierdas, porque con los catalanes no se puede contar: el no al referéndum de Pedro Sánchez entre los 300 puntos presentados en su nueva oferta al partido morado, y ya es inminente sentencia del Tribunal Supremo sobre los políticos en prisión; ambas cosas auguran un otoño catalán caliente, si no incendiario. Muchas personas estarán en total desacuerdo conmigo, pero debo y quiero decir lo que pienso. Efectivamente, los gobiernos de coalición son frecuentes en Europa, por mucho que algunos sean contra natura. Pero entiendo perfectamente al gobierno en funciones. Contar con Podemos en el Consejo de Ministros sería tener al lado un «martillico pilón»?por no decir un grano en el culo, con perdón. Y resulta difícil creer que a Pablo Iglesias no le baste con un programa progresista pactado, lo importante es el fin y no los medios.

En fin?seguiremos apelando a la sensatez y al sentido común. Y como tantas veces digo, la vida sigue, y por eso vuelvo al tema teatral al haberse conocido la programación del Teatro Principal. A falta de conocer la del Teatro Arniches, ya me atrevo a vaticinar que los dos acontecimientos teatrales de los próximos meses se producirán en ambos locales: Lheman Trilogy en el Principal (23 de noviembre) y el nuevo espectáculo de Nuria Espert dirigido por Lluis Pasqual ( Romancero Gitano) el 1 de diciembre en el Arniches. Ambos espectáculos en sesión única, por lo que alerto a los interesados a ser previsores con la compra de entradas. Respecto a Lheman T, que fue un exitazo en los Teatros del Canal madrileños, les aseguro que sus casi tres frenéticas horas de duración no pesan, gracias al increíble y extraordinario (además de agotador) trabajo del conjunto de actores y la complicada y bien resuelta dirección de Sergio Peris Mencheta, autor también de la versión de la obra. Y aun a riesgo de cogerme los dedos, recomiendo también Crimen y Telón de la compañía Ron-Lalá, por el imborrable recuerdo de su anterior espectáculo, Cervantina, probablemente unos de los mejores ejemplos de lo que debe ser una trabajo didáctico y divulgador del teatro de Cervantes; inteligente, divertido, nada superficial y muy bien interpretado y cantado en sus incursiones musicales. También noviembre, el día 23.

Termino con Mundo Obrero con el indudable y seguro aval de Alberto San Juan, como autor, director e intérprete. Y recomiendo estos trabajos porque sería una pena que pasaran inadvertidos para el gran público, que suele inclinarse más por espectáculos con actores muy conocidos; porque la programación anunciada está llena de «estrellas», por fortuna con títulos nada triviales. Por poner unos ejemplos: Magüi Mira ( La culpa), Imanol Arias (acompañado por una señora, una señora actriz conocida especialmente por series de televisión, Cristina de Inza) en la versión teatral de la novela de García Márquez El coronel no tiene quien le escriba que cuenta además con el atractivo de Carlos Saura en la dirección. Todo un Póker de Ases. Monólogo de J osé Sacristán ( Señora de rojo sobre fondo gris, de Miguel Delibes), Intocables con Roberto Álvarez (atención a este actor), 7 Años, con Miguel Rellán y Eloy Azorín, y finalmente La danza de la venganza, con Pablo Derqui, el último y extraordinario intérprete de Calígula. No están todos los que son (esperemos a que se anuncie el resto de temporada), pero sí son todos los que están. Como ven, me he referido solo al teatro aunque hay más programación, pero zapatero a tus zapatos, agradeciendo la confianza que a muchos aficionados les inspira mi criterio.

? La Perla. «Pienso con indulgencia en esas personas que también hacen teatro en su vida cotidiana y ni ellas mismas saben quiénes son» (Anónimo).