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Facebook sopesa amputarse el pulgar

La red social ensaya la supresión del contador de "Me gusta", raíz de la espiral de "postureo" y envidia social

El 9 de febrero de 2009, Facebook activó un pequeño icono que iba a cambiar las relaciones personales en todo el planeta. El botón de "Me gusta", ese pulgar hacia arriba, fue concebido como la forma más fácil de enviar "pequeños fragmentos de positividad", según el ingeniero que lo diseñó, Justin Rosentein, por entonces gerente de producto en la red de Zuckerberg. Aquel pulgarcito que Rosentein ideó para vitaminar nuestra red de amigos con amorosos "golpes brillantes de pseudo-placer", se transformó en un implacable medidor del éxito o fracaso social en el siglo XXI. Desde ese momento se podía saber exactamente -por vez primera había un número- a dónde llegaba nuestro nivel de aceptación. Muchos empezaron a hacer de su vida un teatro del éxito para cosechar todos los "Me gusta" posibles.

El resto, sumidos en la miseria del puñado de "Likes" que cosechaba su presencia en las redes, entraron en una espiral de envidia y vergüenza por una existencia tan poco refrendada por los demás. Mientras, gracias al botón mágico, Facebook incrementaba exponencialmente la información sobre las preferencias de sus usuarios a fin de poder colocarles más y más publicidad. Ya se conocen la historia: más datos, más dinero para Zuckerberg. El dedito desató una tormenta planetaria de autopromoción, exposición masiva del yo y abrió la era del "postureo", pero ahora, una década después, Facebook se está planteando eliminar el contador de "Me gusta" que aparece debajo de cada post, una medida que ya ensaya en Instagram en siete países.

La publicación digital especializada en tecnología "Techcrunch" acaba de desvelar que la red social de Zuckerberg sopesa para Facebook lo mismo que ya aplica en Instagram de Irlanda, Italia, Japón, Brasil, Australia y Nueva Zelanda: en estos países el usuario no ve el número total de "Me gusta" (en este caso corazones) que ha recibido su post. Sólo ve sólo el nombre de algunos amigos que lo han valorado positivamente. ¿Qué ha pasado para que Facebook haya decidido "amputarse" el dedito aprobatorio? Probablemente, ha pesado mucho la crisis de reputación que pasa la compañía, acusada no sólo de filtrar datos privados de sus usuarios, sino también de desarrollar una tecnología extraordinariamente adictiva que está distorsionando gravemente las relaciones humanas. "La idea (de Facebook) es evitar que los usuarios se comparen destructivamente con los demás y posiblemente se sientan como personas inadecuadas si sus publicaciones no obtienen tantos 'Me gusta'", escribe Josh Constine en "Techcrunch".

Pero, ojo, todo puede quedar en nada. Zuckerberg no ha desvelado cómo van las pruebas de la supresión del contador de "corazoncitos" en Instagram, así que si este ensayo con el dedito afecta el nivel de usuarios o a los ingresos publicitarios es más que probable que se olvide. Entonces el implacable mercado de cotizaciones emocionales, ese Wall Street de la vida humana, seguirá abierto.

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