Pese a la supresión de Pura magia durante este verano, no han faltado momentos abracadabrantes en la parrilla de TVE. Uno de los más singulares se produjo una de estas madrugadas, cuando con nocturnidad y alevosía se estrenó Libre te quiero, el documental que Basilio Martín Patino rodó a propósito de las acampadas del 15-M hace siete años.
La cuestión, a poco que se reflexione un poco, tiene su miga. Libre te quiero fue coproducido, esto es, apoyado por TVE. De hecho, figura en sus créditos Andrés Luque como productor ejecutivo. Con la banda sonora de la canción de Amancio Prada del mismo título, cuya letra fue escrita por Agustín García Calvo, la película se presentó en sociedad en la Seminci, en el coqueto de Teatro Zorrilla de la plaza Mayor. Frente con frente con el Ayuntamiento de la ciudad, entonces presidido por el Partido Popular.
La velada tuvo mucho de ritual y homenaje. A fin de cuentas, no dejaba de ser un homenaje en vida al salmantino Martín Patino, uno de los cineastas clave para comprender el cine español más relevante. Pues bien, Libre te quiero se guardó en un cajón durante siete años. Se emitió sin promoción. A altas horas de la madrugada. De modo extemporáneo. Con lo bien que le habría venido un coloquio ilustrativo, analizando qué es lo que ha ocurrido en los últimos siete años.
Junto al largometraje documental En tierra extraña, también producido por TVE, que dirigió Iciar Bollain en Edimburgo apoyándose en testimonios de jóvenes españoles que habían ido a vivir allí en busca de trabajo, y que también se estrenó con cinco años de demora y en la madrugada, podría formar parte de un programa doble acerca de la España del siglo XXI. Su ninguneo por parte de TVE es más que elocuente.
