El pasado día 9 este periódico informaba de que, para tapar las excavaciones del Mercado para encontrar restos arqueológicos en la Plaza de las Flores, el Ayuntamiento había decidido colocar una lona, con imágenes turísticas ligadas a los Patrimonios de la Humanidad.

Se explicaba que se hacía previa petición de vecinos y comerciantes de la zona, perjudicados por el estado en que se encuentra todo el entorno. Y parece una medida acertada. Sin duda son ellos las víctimas más cercanas entre las muchas afectadas por cómo se está desarrollando el proyecto de Mercado Central, desde que el Partido Popular, en la legislatura 2011-2015, tomó la lamentable decisión de incluir un parking, de más de 300 plazas, en el subsuelo del Mercado, en pleno casco histórico de la ciudad, con las graves afecciones que ello iba a provocar en la misma y, encima, a pocas semanas de las elecciones municipales de hace cuatro años. Con total seguridad que si el proyecto no hubiera contemplado ese parking (innecesario ya que basta ver cómo se encuentran todos los de la zona) y su construcción se hubiera acogido a la financiación europea existente para regenerar espacios y dotaciones públicas degradadas, el nuevo Mercado Central estaría construido y funcionando y todo el entorno urbano en el que se encuentra no solo no se habría degradado, sino que con la adecuación de los baños árabes existentes, así como otros restos arqueológicos encontrados, podrían haber dado lugar a un espacio cultural y de encuentro ciudadano muy interesante y neca la ciudad.

Curiosamente, esta noticia de envolver parte de los restos ha sido la que ha venido a romper ésa especie de «letargo» en la que parece que se encuentra el tema del Mercado Central. Desde hace meses no se aprecian novedades en este asunto, excepción hecha de la aprobación de una comisión de seguimiento, a estas alturas, en el último pleno. Y debería haberlas. Recordemos que el pasado mes de noviembre de 2018, el Alcalde declaró: «El contrato del Mercado es inviable porque existe el riesgo de perder la declaración, como Patrimonio de la Humanidad, del Misteri», tal y como había advertido ICOMOS con anterioridad y a instancias de la denuncia presentada, no por el Ayuntamiento, curiosamente, sino por un grupo de colectivos en defensa de la ciudad. El Alcalde también ofrecía una negociación a la empresa para resolver la cuestión (que sería lo más adecuado) y a la que ésta se ha negado y ahí seguimos casi un año después.

Tampoco ha vuelto a saberse nada del encargo que la junta de gobierno hizo a un despacho de abogados para que se estudiara la rescisión del contrato. La contratación se hizo el cuatro de marzo, por un importe de 13.500 euros más IVA y la ciudadanía pudo enterarse de ello gracias a que el concejal Fernando Durá, de Ilicitanos por Elche, accedió a dicha información de la que, por otra parte, el equipo de gobierno no había dado cuenta públicamente, y eso que defendía la transparencia, aunque faltó decir que ésta era selectiva. Casi seis meses después no se sabe nada de dicho informe, al menos oficialmente.

En todo caso, lo que sí parece claro es que este tema, que lo heredó desde el PP la anterior Corporación, lo ha recibido también como herencia la actual que accedió hace dos meses. Es toda una «patata caliente» que se ha ido complicando hasta empezar a ser casi un bancal entero, por todas las indecisiones que ha ido padeciendo.

Es incomprensible que, con las advertencias que ha hecho ICOMOS sobre la afección negativa al Misteri y la posibilidad de perder la declaración como Patrimonio y, por otra parte, con los restos arqueológicos encontrados, que incluyen hasta un cementerio musulmán medieval con más de 120 enterramientos y la más que previsible continuidad de los baños árabes encontrados en la fachada principal, así como la más que probable presencia de un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, que sería Bien de Relevancia Local, ni el Ayuntamiento ni la Consellería, que tenía un conseller de Compromís y una directora general del PSOE, hayan aprobado actuaciones más contundentes para favorecer la protección de todo el entorno arqueológico e histórico afectado. Ahora, que acaban de empezar el nuevo Ayuntamiento y el Consell, es hora de definirse de una vez y tomar decisiones que defiendan a la ciudad frente a otros intereses. De lo contrario habrá que ir pensando en envolver, también, con lonas todo el Mercado, aunque para eso tal vez fuera conveniente llamar al célebre artista búlgaro Christo Yavacheff, que ha envuelto en lonas el Reichstag o el Pont Neuf en París, para que hiciera algo atractivo que, aunque tapara lo impresentable que allí hay, sirviera de reclamo turístico y recordatorio de todo lo pendiente que está tapado pero no resuelto, a ver si así se hace algo más.