LunesUN PAÍS MULTICOLOR
Formar mayorías parlamentarias es una operación universal. Quiero decir que un escaño de la Cámara de los Comunes o del Bundestag tiene el mismo valor aritmético que uno del Congreso de los Diputados. En consecuencia, la facilidad con que británicos y alemanes despachan investiduras y nuestra incapacidad para imitarles debe de tener una explicación cualitativa y no cuantitativa que sólo parcialmente puede atribuirse al sistema electoral. Una dieta constitucional saludable consiste en celebrar elecciones, formar Gobierno, agotar la legislatura y reiniciar el proceso. Las interrupciones bruscas están previstas y raramente son frívolas. Sin embargo, el colesterol de la política española se ha disparado por la mezquina voracidad de los comensales y a nadie puede extrañar que el Rey haya recordado tímidamente la costumbre de que los Estados tengan gobiernos y no retenes de guardia. El dislate se presta a los trabalenguas: los presupuestos de Montoro de 2018 también son los de Montero, ministra de Hacienda por cuentas ajenas. He intentado describir la coyuntura a un amigo portugués y lo único que ha comprendido es que nadie sabe organizar una romería como los españoles.
MartesLOS COMEDIANTES
«Lo mejor es encontrar una solución antes de ir a elecciones». En realidad, el Rey no ha dicho nada que no piensen todos sus súbditos excepto 350 que casualmente son diputados. Su padre hubiese sido menos discreto, pero ocurre que Felipe VI tiene muy poco de Borbón y bastante de sus antepasados Windsor regiamente barbudos y crípticos. A uno de ellos le preguntó su ayuda de cámara si vestiría chaqué o traje para la cena y el Rey contestó: «Sí». El Rey ha sido algo más charlatán, aunque deliciosamente equívoco: Sánchez interpreta que le ratifica en su disputa con Iglesias, Iglesias que refuerza sus pretensiones y el PP que abre la puerta a otro candidato. Esta es sin duda la hipótesis más estrafalaria. Afectado por la ola de calor, el portavoz del PP ha sugerido la investidura de Casado con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE. Es una operación extrañamente similar a la fallida investidura de Sánchez de 2016, que requería la abstención del PP y sólo sirvió para habilitar la disolución de las Cortes. Ahora ni siquiera es provechoso repetir el esperpento.
MiércolesLA MUERTE TIENE UN PRECIO
«No somos un país: somos una empresa». Lo asegura el protagonista de una comedia estadounidense y parece un diagnóstico tan indiscutible como el del embajador francés sobre la Prusia de Bismarck: «No es un estado con ejército, sino un ejército con estado». El negocio de las armas en Estados Unidos suministra algunas cifras que percuten: 50.000 comercios minoristas, 240.000 puestos de trabajo directos y 42.000 millones de dólares de ingresos. El consecuente tiro de gracia es que el 32% de los estadounidenses posee un arma de fuego o vive con alguien que la posee, lo que por otra parte garantiza la prosperidad de industrias auxiliares como las pompas fúnebres: en Estados Unidos hay 4,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, porcentaje que cuadruplica el del resto de países desarrollados, aunque al menos mejora, por poco, el de El Salvador y Honduras. Es quimérico pensar que cualquier inquilino de la Casa Blanca vaya tener los arrestos o el poder para enfrentarse a un «lobby» que sufraga campañas políticas con prodigalidad y justifica su negocio con la imagen anacrónica de un pionero con mosquetón que se enfrenta a los cuatreros.
JuevesLA DIABÓLICA PAREJA
Se confirma que el aleteo de una mariposa en China puede provocar un terremoto en California, o que el zapatazo de un paquidermo en la Casa Blanca puede derrumbar esa Torre de Babel contemporánea que llamamos «economía global». El epílogo de estas tempestades es recurrente: un cementerio de pececillos engullidos por depredadores inmunes a las catástrofes antinaturales. El prólogo también carece de originalidad y puede reducirse al eterno combate entre el campeón y el aspirante, o a los esfuerzos del pujante por ver reconocido su estatus y del privilegiado por resistirse al intruso, o sencillamente al duelo cíclico por la hegemonía mundial. La duración de estas reyertas depende de la capacidad de resistencia de los contendientes, las elecciones en el caso norteamericano y la carestía en el chino. Es un umbral amplio y de ahí que abunden las víctimas, casi siempre chanquetes y no tiburones, y disculpen que extreme la metáfora acuática: un tendero de Shangai, un labriego de Kansas o cincuenta millones de españoles que viajamos inermes en el furgón de cola del primer mundo y por lo tanto somos tan moderadamente ricos como rotundamente vulnerables.
ViernesEL MANÁ
El año pasado nos visitó una marabunta de 82 millones de turistas. Es el único récord que superamos sostenidamente y leo que supone el 10% del PIB. Alojar y alimentar a 82 millones de personas requiere un despliegue logístico considerable que en el fondo aspira a amortizar en tres meses los nueve restantes del año. La Administración vigila con la templanza del cazador presto a disparar en cuanto asome un euro y la «ecotasa» se ha incorporado a su arsenal en algunos cotos de Cataluña y Baleares. Es un tributo declaradamente finalista cuya recaudación se destina a la preservación del medio ambiente y al mantenimiento de infraestructuras turísticas. Sin embargo, encarece el precio del producto y la competitividad se resiente, lo que disuade a algunos políticos y a otros estimula por aquello de que una cala desierta es mucho más idílica que otra atestada de patinetes. Aunque indeciso por momentos, Ximo Puig pertenece al primer grupo y admito que mi interés por este asunto obedece a que estoy harto de Sánchez, Iglesias, Trump y Xi Jinping.
