Ya saben que entre las habilidades de Toni Cantó, síndic en las Cortes y líder autonómico de Ciudadanos, está el movimiento de su dedo para apretar el botón de Twitter. Otra cosa no, pero eso le sale de maravilla. El 26 febrero de 2018, dedicado entonces a la escena en su escaño del Congreso y cuando ya se vislumbraba su candidatura a la Generalitat, el ahora hombre de Albert Rivera en la Comunidad escribía en su perfil de esa red social. «Las Diputaciones. Chiringuito partidista que utilizan PP, PSOE, Compromís y Podemos». Aludía a dos noticias. Una sobre la institución provincial de Valencia y otra a la exclusión de poblaciones con alcaldes de izquierda en la Diputación de Alicante, dirigida en el pasado mandato por el PP de César Sánchez. En ese momento, recuerden, Ciudadanos ya había perdido la posición decisiva en el gobierno de la corporación alicantina cuando su diputado, el que daba la mayoría, se convirtió en tránsfuga y les dejó sin el escaño que habían conseguido en las urnas. Ese movimiento le permitía a Cantó decir cosas en la barra libre de las redes sociales que ahora solo puede sostener con mentiras o con argumentos que generan, como mínimo, el mayor de los sonrojos. A las primeras de cambio, Ciudadanos también ha convertido la Diputación -la principal institución en la que tendrá responsabilidad de gobierno con el Ayuntamiento de Alicante- en un chiringuito junto al PP. Ese partido, ya saben, que había convertido la corporación provincial -Ciudadanos dixit- en un nido de corrupción durante 24 años y en la que hace poco más de un año se repartían las obras sin criterio. Coherencia en estado puro. Igual para este viaje los hay que acaban pidiendo que vuelva Fernando Sepulcre.
