Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teatro, crítica

Auge del feminismo

Clitemnestra

Clitemnestra

Yacimiento de l'Alcúdia (Elche)

Versión y dirección: José María del Castrillo

Reparto: Natalia Millán y otros

La mitología griega reside, entre otros, en Esquilo, Sófocles y Eurípides, y en ellos se apoya la versión de José María del Castrillo, director de la contemporánea tragedia donde intervienen el flamenco y otras notas, el baile con zapateados, el magnífico cante y el pasional clima en relación con lo que acoge Natalia Millán, actriz madrileña que participa en la compañía andaluza Producciones Equivocadas. El coro nos sitúa en un mundo lleno de ambiciones, engaños y dramas. Es la voz del autor y la del espectador-juez. Desmenuza la conciencia de la heroína, presagia sus actos futuros y ella descubre su intimidad. La de la reina de Micenas. Un sistema patriarcal en el que la mujer está supeditada al poder del varón. Clitemnestra se acaba de estrenar en la última velada del VII Festival de Teatro Clásico de l'Alcúdia-Universitat d'Alacant, ante un público que llenó para ver a la esposa de Agamenón, al que mata cuando él vuelve de la guerra de Troya con Casandra, princesa troyana a la que también asesina junto a Egisto, primo del rey que seduce a la rebelde Clitemnestra y se convierte en amante. La protagonista es sólida y brilla con su modulada manera de hablar. El texto se suma al auge del feminismo y reivindica los derechos de las mujeres. La mitológica historia describe que Agamenón consiente el sacrificio de una de sus hijas, Ifigenia, en nombre de la diosa Artemisa, quien paró los vientos para que los barcos no pudieran ir a luchar. Ángeles Rusó, Daniel Moreno, Camino Miñana, Benjamín Leiva y Lucía Ruibal cumplen bien con su flexible tarea, y destaca la música de Alejandro Cruz. La coreografía de Leiva y su forma de danzar sobresalen por encima de su ligera actuación como actor. La reina y Egisto morirán a manos de Orestes, hermano de Electra, para vengar a su padre, un Agamenón que había matado al anterior esposo de su mujer y al primer hijo de ese matrimonio. Ella se defiende en esta renovada y aligerada visión. «No hice nada que no le estuviera permitido a los hombres». La catarsis funciona. Y la histriónica disertación del coro sobre el sexo es un añadido (ingenioso) que está de más. La idea reivindicativa se repite con mucha frecuencia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats