Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Coge la mochila y corre

Sube Pedro Sánchez a la tribuna de oradores, con gesto de derrota, y deja en cueros a Pablo Iglesias usando la palabra. Ha puesto encima de la mesa de Unidas Podemos todo lo que podía poner, que no ha sido un par de chucherías precisamente. Pero eso no ha bastado a Iglesias y compañía. No se puede ir a ninguna parte (mientras no demuestren claramente lo contrario) con una formación morada que no es capaz de remangarse, de mojarse, de no poner obstáculos y de aprovechar las circunstancias para ofrecer algo más que frases y pataletas a nivel nacional. Tenían ahora la gran ocasión y han preferido tirarla al retrete, no dar la cara ni arrimar el hombro en el Gobierno de coalición que tanto exigían al PSOE para dar el visto bueno a Pedro Sánchez en su investidura. Fallida, como saben. Al menos por ahora, suponiendo que no se circule irremediablemente hacia nuevas elecciones, sin freno y marcha atrás. Todo o nada. Y no es eso. Unas negociaciones pueden ser mejorables, si bien siempre hay unos límites que se deben comprender. Es necesario ser más posibilistas y menos fundamentalistas. Porque así no se va a ningún lado, ni se asume el resultado electoral si algunos dan a entender que los electores se equivocan.

La mayoría de la población esperaba otra actitud, un entendimiento esencial entre socialistas y UP para poner en órbita un acuerdo programático que dé respuestas a los problemas de las personas. No sabemos qué pasará mañana. Sea como fuere, el error histórico, de momento, es palpable. Un lamentable error de Iglesias y su grupo. Él e Irene Montero, en particular, han votado contra sí mismos al abstenerse en perjuicio del candidato Sánchez, que deja de serlo automáticamente. Iglesias no tiene ya ningún recorrido. Se ha clavado la puntilla, y lo único que debe hacer es coger la mochila y salir corriendo a otra parte. Incluso aunque Sánchez volviera a ser candidato. Iglesias y los suyos anhelan gobernar con ambición. Y cuando el genio de la lámpara ciudadana lo concede, les entra vértigo y demuestran escasa fiabilidad. Ni quieren, ni saben, ni conocen los entresijos de la Administración Pública.

En tanto, Rivera y sus mariachis, con Casado y Abascal de la manita, sonríen y cantan. El plan y la ilustre banda de Cs siguen su curso.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats