En el festival del ADDA vimos recientemente una de esas fusiones de flamenco jazz con Richard Bona y Antonio Rey. Esta clase de fusión musical se ha vuelto a sentir con tres destacados instrumentistas que unen esfuerzos y capacidades para ofrecer ese paralelismo entre los sones afroamericanos y las formas flamencas. Como ya les dije, el arte flamenco y la sonoridad jazzística se fusionan con una creatividad que pervive desde los años 60, aunque este carácter viene de mucho más atrás con los negros y los gitanos. El blues está en los orígenes, en las esencias del jazz, mientras el flamenco administra sus compases, reminiscencias árabes, hindúes, calés y aromas andaluces. El popurrí del principio deja al descubierto estas intenciones recordando a Camarón, Chick Corea o Paco de Lucía, que constituyen algunas de las referencias de Carles Benavent, Tino Di Geraldo y Jorge Pardo, el trío que toca el bajo, la batería, la flauta y el saxo, respectivamente. El baterista francés arranca el concierto. El bajo se une enseguida. Y Pardo palmotea para acompañar, antes de coger la flauta. El jazz mestizo, la maestría y la intensidad llegan al buen número de espectadores. Por naturaleza, la música es mestizaje, y la fusión (no la confusión) es una manera de experimentar y evolucionar sin perjuicio de que la pureza continúe existiendo. Entre otros temas, interpretan algunos de su álbum Sin precedentes, que son originales de los tres miembros. El disco fue galardonado en los Premios de la Música en 2010. La veteranía, la complicidad entre ellos y la dimensión obtenida les colocan en un puesto de honor. El ritmo flamenco y la actitud del jazz representan el soporte en el que se asientan el poder de la improvisación y la música mediterránea del gran trío. El tiempo vuela y Diego forman parte de este álbum, una puesta al día de lo que ya hicieron en su primer CD, El concierto de Sevilla, de 1999. Se escuchan el toque por tanguillos y el cantecito por seguiriyas con la flauta solo de Jorge Pardo. Quiebros, arrebatos y desplantes a través de la (algo reiterativa) música.
