Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La andanada

A propósito de despedidas, olvidos y torerías

Se van conociendo sin casi tiempo para el respiro las combinaciones de las diferentes ferias de agosto y septiembre que quedan por saberse. Las vecinas Murcia y Albacete ya lo han hecho con la antelación suficiente para que los aficionados se puedan organizar en las posibles visitas a las capitales vecinas. En ambas estará José Mari Manzanares, el 13 en la ciudad manchega junto al Juli y Paco Ureña, y el 17 en la capital pimentonera acompañado por Enrique Ponce y David de Miranda. Por cierto que Rafaelillo no aparece anunciado en la feria de su tierra. El murciano resultó gravemente corneado el pasado domingo en la miurada que cerraba los sanfermines, y estará convaleciente durante un tiempo indefinido (los médicos y su apoderado hablan de octubre, en el mejor de los casos) debido al importante percance que interesó hasta trece costillas y dos vértebras.

Sí aparece en ambas ferias Andrés Roca Rey, que hace pocos días anunció una baja indefinida debido a la lesión de cervicales que le afecta a la espalda y al hombro derecho y que ya le hizo perderse su segunda cita en Pamplona. Y también están en casi todas las ferias tanto Pablo Aguado como David de Miranda. Gran acierto de las empresas dar cabida a estos nuevos valores que deben refrescar los aires de un escalafón demasiado anquilosado durante quince años.

Y siguen casi sin aparecer dos nombres que se lo han ganado igualmente con triunfos repetidos en grandes plazas, principalmente en Las Ventas. Diego Urdiales y Emilio de Justo apenas ven sus nombres en letras de molde en los seriales venideros. En el caso del torero riojano, algún cartel con espadas punteros va a abrir, y actuará en la mayoría de cosos de la casa Chopera-Bailleres. Pero seguro que muchos menos de los que merece. El caso de Emilio de Justo es más curioso e inquietante, pues no acaba de entrar en los carteles de postín. Ciertamente cuenta con contratos por delante (ha perdido unos cuantos hasta ahora por las lesiones y cogidas), en la mayoría de los cuales se anuncia con ganaderías poco habituales en esas tardes de las llamadas «figuras»: Adolfo y Victorino Martín, La Quinta, Fuente Ymbro... Igual hasta es por decisión y planificación del torero, quién sabe.

Algo más de eco está teniendo otro veterano, Antonio Ferrera, cuyo éxito el pasado San Isidro le está valiendo para sumar contratos a golpe de sustitución, así como para entrar en buenos carteles con otros diestros de tirón. Bien justo es.

Y entre las ausencias y presencias de distinto grado, se ha quedado como en agua de borrajas la temporada de despedida de Manuel Jesús El Cid. Entre 2005 y 2008 vivió su idilio con el arte de Cúchares. Cinco puertas grandes en Sevilla y dos en Madrid resultan gélidos números que, de haber andado fino con la espada, resultarían mareantes y nos harían referirnos a él como el torero que marcó época. Pocas manos zurdas como la suya, tan suaves y contundentes. Donde dicen que está la verdad del toreo. Pero desde entonces a hoy la carrera del de Salteras ha vivido una cuesta abajo de imposible remontada. Algunos se lamentan de que no se le esté dando el trato que su carrera merece en esta temporada del adiós. Pero lo cierto es que la llama del Cid se apagó hace mucho. Vamos, que en realidad se fue del toreo tiempo atrás, y quizá esta idea de la temporada de despedida, a modo de quien pasa la gorra después de una actuación callejera para sacarle unos eurillos al personal, no parecía el más honroso de los finales. Su caso no es único, pues muchos toreros de renombre lo hicieron antes que él. Con la duda razonable, además, de si luego, a la vuelta de un par de años, volverán a sentirse llamados por el «veneno» del toro.

Y es que hasta para dejar de actuar en las plazas hay que ser torero. Qué pocos siguieron el ejemplo de Curro Romero, con ese adiós silencioso en su cuarto de hotel tras un festival. O el de Manzanares, el maestro, repentino y a lo grande sin asomo de propósito recaudatorio. La torería, claro: la torería.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats