Una de las consecuencias del adelanto electoral que el presidente Ximo Puig decidió y que hizo que las elecciones autonómicas valencianas coincidieran con las generales del pasado 28 de abril, fue que la tramitación de la nueva Ley del Palmeral no pudiese ser aprobada en la pasada legislatura.

La necesidad de una Ley, que modificase la vigente desde 1986, se había hecho evidente en estos años, especialmente por las insuficiencias de aquella, el desinterés de la Generalitat durante los años del PP en el Consell, la falta de órganos de gestión adecuados, así como de compromisos suficientes de financiación para un patrimonio que recaía, casi en exclusiva, en el Ayuntamiento ilicitano.

Pero aún se hizo mucho más necesaria una nueva Ley, tras ser declarado el Palmerar d´Elx como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Ese reconocimiento y las obligaciones que, para su mantenimiento, se establecían para su gestión y mejora como un bien universal, forzaba a una actualización de la legislación para proteger y potenciar mejor un bien tan preciado. Sin embargo, la Generalitat Valenciana, responsable del tema, no tuvo el menor interés en los 15 años en los que siguió en el Consell. Tan sólo con el cambio que se produjo en 2015, con la entrada del Botànic, se pudo iniciar el proceso.

En una reunión del Patronato del Palmeral, con presencia del conseller Sr. Marzà, el 20 de junio de 2017 se dio a conocer el documento que supondría la nueva Ley. Sorprendió bastante, ya que algo así se esperaba que hubiera tenido un amplio proceso previo de participación para su elaboración. Probablemente como consecuencia de ello, junto a mejoras propuestas, figuraban otras totalmente inadmisibles ya que podían entrañar riesgos ciertos en el futuro, especialmente si determinados equipos de gobierno se ponían al frente en el Ayuntamiento o en el propio Consell. Aquello motivó una fuerte reacción, por parte de los colectivos conservacionistas, mediante las alegaciones oportunas que hizo que la Consellería rectificase, aunque la nueva propuesta, en forma de Anteproyecto de Ley tardó en publicarse hasta el 14-2-2019, y mejoraba buena parte del documento inicialmente propuesto. Sin embargo no todas las alegaciones presentadas por los colectivos interesados, especialmente Volem Palmerar, fueron incluidas, aunque sí muchas de ellas, prueba evidente de lo mejorable que era el texto. Ello hizo que, de nuevo, se presentasen en ése mismo mes de febrero varias propuestas para conseguir la mejor Ley posible. Lamentablemente, la disolución anticipada de Les Corts Valencianes imposibilitó su aprobación.

Es, por tanto, una cuestión que quedó pendiente y que el nuevo Consell debería impulsar lo antes posible. Gran parte del trabajo está hecho y corrigiendo algunas cuestiones, tendentes a cerrar cualquier resquicio para que en los huertos más sensibles se puedan hacer transformaciones o instalaciones que perjudiquen los valores que motivaron su declaración, debería ser aprobada rápidamente y con el mayor consenso posible. El palmeral de Elx necesita una buena Ley que lo proteja bien ahora y en el futuro.

En cuanto al Ayuntamiento, también tiene deberes pendientes. La lucha contra el picudo no está totalmente ganada. Las necesidades en personal y material para el mantenimiento de los huertos son bastante evidentes. El rejuvenecimiento del palmeral sigue pendiente. La Ruta del Palmeral deja bastante que desear. La falta de riego con agua adecuada y suficiente se echa en falta. Y, por otro lado, cuestiones como la del Instituto Tecnológico de la Palmera necesita de soluciones. Se ubica en unas instalaciones sufragadas con dinero público para una actividad que, en principio, iba de ser de carácter público y de promoción, investigación y mejora del palmeral ilicitano. Después acabó siendo privatizada dicha gestión, en la legislatura anterior, y adjudicada a una empresa, recién constituida y única que se presentó al concurso y, en contra de todos sus compromisos y declaraciones municipales, después de más de dos años aún no ha empezado a funcionar, sin que se hayan dado explicaciones convincentes ni, mucho menos, se les haya aplicado sanción alguna o inicio de reversión del contrato por incumplimiento. Una situación muy anómala que debería resolverse cuanto antes.

Estas cuestiones que preocupan a colectivos como Volem Palmerar y otros, es de esperar que se resuelvan cuanto antes. El cambio en la concejalía y la mayoría absoluta de la que ahora dispone el equipo de gobierno debería facilitar, sin más excusas, soluciones viables y sostenibles a las competencias municipales sobre el palmeral, que son muchas y muy importantes.