No voy a hablar de Martin Luther King y su famoso «I have a dream» (Tengo un sueño) con el que dejó claro que «negros y blancos debían coexistir armoniosamente y como iguales». Hoy voy a arrancar con la letra de una «cansión» de un grupo español, de los 60, que se llamó -ya no existe- Los Pasos (1966-1972). Tenían una «coplica», no sé si inspirada en Luther King -fueron coetáneos-, que decía «Ayer tuve un sueño/fue sensacional/los pueblos vivían en paz/Nadie pensaba en engañar/pues existía la amistad/ Nunca he soñado nada igual».

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que «fue bonito mientras duró». Pero, como aseguran Los Módulos, «Todo tiene su fin», pese a que Julio Iglesias recuerda que «La vida sigue igual». Hay sueños que se cumplen -los que se conocen como «el sueño americano»-, aunque la mayoría son, como escribió Calderón de la Barca, «una ilusión, una sombra, una ficción/y el mayor bien es pequeño/que toda la vida es sueño/y los sueños, sueños son». (La vida es sueño).

Lo que pasa es que, al final, te «caes de la cama y te despiertas», dándote de bruces con «la puta realidad», como dice Mónica Naranjo. En un momento de tu vida, te das cuenta de que siempre hay algo o alguien que te hace soñar, pero se termina por descubrir que, como dice el mentalista Anthony Blake, «todo es fruto de la imaginación», porque las cosas se tuercen con una facilidad pasmosa, como queda patente en la famosa y archiconocida Ley de Murphy, que nos anuncia que «si algo malo puede pasar, pasará» o que «lo que va mal puede empeorar».

Mirad, la cosa viene de lejos, concretamente desde que dos gallos, Emilio Bascuñana y Dámaso Aparicio, se metieron en el mismo corral. Luego se sucedieron situaciones grotescas, como «el robo» de mensajes de «wasap» de uno a otro -¡qué alguien me explique cómo se hace eso!-, hecho que el presidente de los «peperos» locales puso en conocimiento de la cúpula del partido, que se pasó por el arco del triunfo «la protesta» del jefe azulón y la archivó cuidadosamente en «un cajón». A partir de ese momento entra en funcionamiento lo que decía Murphy y todo fue de mal en peor. El doctor, «enemigo íntimo» de Dámaso, fue ratificado como candidato a la reelección para ocupar el sillón por el número dos del partido, y campeón del mundo de lanzamiento de huesos de oliva mollar, Teo García Egea. Orihuela se convirtió en una «pelea de gatos». ¡Teo, vete a Orihuela y arregla el asunto porque nos van a correr a gorrazos!.

¡La militancia pepera local, alucinaba! A Dámaso le prometieron que, si accedía a que el candidato fuese Emilio, él sería el número dos y diputado provincial. ¡Tararí que te vi, sagal!. El número dos en la lista de Bascuñana no podía ser otro que «su general» Máximo, mientras que Dámaso fue el tres. ¡El descalabro electoral fue de los que hacen época y no estoy diciendo con esto que ese resultado fuese como consecuencia de la «pirula» que le hicieron al «abogadooo», que terminó relegado a la tercera plaza del cajón!. Pero lo que va mal puede empeorar -jodío Murphy- y el doctor, que se las prometía felices, no encuentra el apoyo que necesita para tener «un gobierno estable», por lo que debe «tragar» con lo que le echen para sentarse, con cierta tranquilidad, en el despacho de la Esquina del Pavo. Los de Cs no dan su brazo a torcer y aprietan para tener más protagonismo, ¡y sueldo, claro!, aunque como decía el gran Groucho, «estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros», y para eso está el PSOE.

Entretanto, la ConsellerIa de Sanitat pide a la Fiscalía que investigue si «el doc» incurrió en un delito por cobrar sin ir a trabajar, durante seis años. Él dice que eso no es así, pero ¡vaya usted a saber!. Ya se sabe que ¡cuándo el río suena agua lleva!, por mucho que se empeñe en defenderlo «el general con mando en plaza». ¡La alcaldía oriolana está en entredicho y más en el aire que una «traca voladora" de mi amigo Antonio Ferrández, «el Polvi», que, por cierto, ganó un «premiaso» con una mascletá en las Hogueras de Alicante.

Mientras, resulta que Orihuela, por primera vez, se ha quedado sin representación en la Diputación. España tiene Rey Emérito, el Vaticano Papa Emérito, Alicante Obispo Emérito y Orihuela «diputado emérito», que no es otro que Paco Sáez Sironi, que fue el último que nos representó en la Dipu. ¡Damáso, otro ostión en toa la trompa! y ¿todavía te piensas si te vas o te quedas? El PP de Orihuela no tiene diputado, el PSOE sí, Carolina Gracia. Edu Dolón, alcalde de Torrevieja y presidente del PP provincial ha consentido que Orihuela, la ciudad más importante de la Vega Baja y con más militantes, se quede sin diputado y que pueblos como Redován si lo tengan, Adrián Ballester, que es quien arropó a Emilio Bascuñana. ¡Ah, pero el tercer suplente es Mariola Rocamora! ¡Pa ese viaje no necesito alforjas!. Las guerras siempre tienen daños colaterales y este es uno de ellos. ¡Esto no ha hecho más que empezar, y recordad que lo que va mal puede ir peor! ¡Continuará!