El Orgullo más político que nunca. Así ha denominado la prensa a la manifestación del OrgullAlacant que recorrerá las calles de la ciudad de Alicante el próximo sábado, 20 de julio. Una manifestación cargada de reivindicaciones sociopolíticas ante una situación de emergencia: el ascenso electoral de la extrema derecha que ha colonizado las instituciones con su discurso de odio. Y es más político que nunca, aunque nunca dejó de serlo, porque sus convocantes así lo han decidido. Las listas negras de activistas, el recorte de derechos, la derogación parcial o total de leyes del reconocimiento de nuestros derechos. El señalamiento público constante de nuestra causa, de nuestro activismo, el insulto, la amenaza y la discriminación. Son solo algunos ejemplos de lo que estamos protagonizando con perplejidad. Y da miedo, mucho miedo. Pese a ello, Ciudadanos y el Partido Popular han decidido dar carta de naturaleza a estas posiciones, sentándose en la mesa de negociaciones con aquellos que nos quieren callados e invisibles. Es contradictorio negociar con quienes quieren que dejemos de existir y acudir al Orgullo como si nada. Es insostenible y constituye una falta de respeto a la entidad convocante de la manifestación retarla con el discurso de que «tienen derecho a manifestarse». Es inasumible que un partido político, en base a sus intereses particulares, quiera acudir al Orgullo sin considerar los consejos de la entidad convocante. Y es una falta de respeto poner en el ojo del huracán mediático a una entidad social dedicada a la defensa de los derechos de las personas como si fuéramos una fuerza política. Es irresponsable, indecente y absolutamente carente de ningún valor ético. Estos días muchos políticos de Ciudadanos han mostrado su disconformidad. Muchos de ellos eran concejales y diputados, gais mayoritariamente, que se han rasgado las vestiduras haciendo valer su orientación sexual y poniéndose como ejemplo. Es llamativo que estos mismos, cuando dábamos la cara por ellos en los peores momentos, jamás hicieron un solo intento por apoyar la causa. Ahora se abanderan de ella. Así pues, bienvenidos. Pero el hecho de ser personas LGTBI no da ningún plus, esto lo da la lucha. Decidle a vuestro partido que no pacte con la extrema derecha. No están en juego mis derechos. Están en juego nuestros derechos, los mismos que disfrutáis gracias a que gente como nosotras, las personas que forman parte de Diversitat y tantas entidades LGTBI, pusieron su cara, su compromiso, su esfuerzo para que hoy podáis decir, desde la política, que sois lesbianas, gais, bisexuales o personas trans sin miedo a que os agredan, os rechacen u os discriminen. El Orgullo es luchar en contra de la injusticia. Y por eso no sois bien recibidos.