Siempre que una persona o una institución deciden dar un paso adelante, indudablemente espera que aquella iniciativa de su fruto. Son muchos los que se pueden lograr si se consigue que la gestión de la misma se lleve a cabo por el camino acertado.

También, como en todas las acciones que se emprenden en la vida, es posible que con corta mirada no se vea más allá de lo puramente anecdótico y la crítica a la acción emprendida quede, como tantas veces ocurre, en la tertulia denostadora y criticadora en la puerta de un café, sin aportar nada positivo. Sin darse cuenta que, lo importante es promover y trabajar por y para nuestra Orihuela, haciéndolo sin pedir nada a cambio, únicamente esperando que el árbol que se plantó por dos manos hermanas vaya dando sus frutos. En resumen: hay que criticar menos y echar imaginación al asunto y poner muchas, muchas ganas de laborar por nuestra tierra.

No es mi estilo, caer en el análisis de lo que se dice por la calle, pero sí debo, de alguna manera, intentar dejar constancia de lo que hasta ahora ha sucedido y en lo que puede venir.

Así, ya en su momento, después de la visita efectuada a Orihuela en los primeros días de febrero de este año, en el contexto del Mercado Medieval, por una delegación de la Ciudad de Zacatecas (México), con su presidente municipal al frente maestro Ulises Megía Haro, se firmó el Hermanamiento entre Orihuela y Zacatecas y se hizo entrega de un reconocimiento al Museo de la Muralla por parte de la Federación de Asociaciones de Cronistas Mexicanos, representada por su presidente y Cronista de Zacatecas, Manuel González Ramírez. Tras ello, y en ese mismo mes, sería la ciudad mexicana la que acogió a una Delegación oriolana, al frente de la cual el alcalde Emilio Bascuñana Galiano, la concejala de Festividades Mariola Rocamora Gisbert y el presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos Santas Justa y Rufina, José Vegara Durá.

Hasta aquí, lo protocolario. Sin embargo, en esta última visita, ya empezábamos a vislumbrar alguno de esos frutos derivados del Hermanamiento firmado.

Fue con ocasión de un desfile y una representación extraordinaria, algo inusual, de una de las partes de la «Morisma de Bracho», con la que se quiso obsequiar a los visitantes oriolanos. Allí, en la Loma, al amparo del efímero castillo de la Morisma, se rubricó en la calurosa mañana del 16 de febrero de 2019, la firma por parte de los presidentes de la Morisma y de la Asociación oriolana, teniendo como testigos a los alcaldes de Orihuela y Zacatecas, de un «Acuerdo de Hermandad» entre aquellas instituciones por el que se iniciaba un proceso de colaboración dentro del Hermanamiento entre las ciudades española y mexicana.

Y, aquí, vemos aparecer uno de los frutos a los que hacíamos referencia, que es un importante factor para la gestión de la declaración como de Interés Turístico Internacional para las Fiestas de la Reconquista y de Moros y Cristianos de Orihuela. Lo que, con «vista larga», ya de por sí justifica gran parte del Hermanamiento entre Orihuela y Zacatecas, gracias a la gestión y trabajo realizado por y para nuestra ciudad.

Pero, los frutos se han de ir sucediendo a nivel cultural (que se está desarrollando), universitario, empresarial y de colaboración entre ambas ciudades. Y, un camino es la aproximación humana entre dichas ciudades, de manera que durante las Fiestas de este año Orihuela acogerá a una Delegación Zacatecana con objeto de estrechar lazos entre la Morisma y los Moros y Cristianos, así como en otros aspectos. Durante las mismas serán visitantes: Francisco Javier Cortés Navia y Juan Luis Jara García, Cronista y Secretario, respectivamente, de la Cofradía San Juan Bautista de la Morisma de Bracho; Manuel González Ramírez, Cronista de Zacatecas; Manuel Castillo Romero, Pedro Cardona Medina y Juan Manuel Solís Caldera, respectivamente, regidor y Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales, Director de Asuntos Internacionales, regidor y Presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos del Ayuntamiento de Zacatecas.

Miremos hacia adelante con la esperanza de que se vayan obteniendo los frutos del Hermanamiento.