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Manolo Alarcón

Apuntes

M. Alarcón

¿Comisarios políticos?

Desde que tengo memoria, la elección de pedáneos se ha hecho a dedo, fuera el gobierno el color que fuera. El elegido es una prolongación del regidor, un representante de él que se convierte con su designación en su portavoz ante la comunidad, pero también en un altavoz vecinal. Alguien a través del cual establecer un vínculo para escuchar problemas, pero también para dar explicaciones. La figura atendía a un perfil de persona cabal y noble, conocedora de los problemas de su comunidad y respetada, sin que nadie se preguntara si la elección respondía a un vecino con etiqueta política porque, para qué engañarnos, en las pedanías, siempre descuidadas y siempre olvidadas, por mucho que nos empeñemos en negarlo, el sentido de compañerismo y vecindad prima por encima de todo y ser pedáneo era un honor. Todos lo entendían así. Por esta labor se percibe en muchos municipios una pequeña percepción para gastos -aunque ahora con el bendito WhatsApp todo parece que quede resuelto y en tiempo real- y, con ello, compensar el tiempo que dedican a esta tarea impagable. El modelo nadie lo había puesto en cuestión hasta que fue el propio equipo de gobierno el que hace cuatro años quiso democratizar más la democracia, aunque esta figura de elección directa era legal, y propuso que los vecinos eligieran a sus representantes. Y, como pasa siempre que los políticos tocan las cosas que funcionan, todo comenzó a desmoronarse. El PP se negó (pese a tener mayoría de votos en las pedanías y salir beneficiado) pero Compromís, que entonces mandaba más que el PSOE en muchos asuntos, se salió con la suya. Al cabo de cuatro años y después de que el alcalde viera que eso de democratizar la democracia se le había ido de las manos: en El Altet hubo una rebelión que tuvo que sofocar cesando al que habían colocado los vecinos (un gran ejemplo de democracia, como se ve), se ha vuelto al modelo que funcionaba y que es el mismo que dejó de defender el PSOE hace cuatro años por atender a un capricho de su socio. Y curiosamente, el PP ahora no quiere elección a dedo, cuando el pasado mandato llegó al juzgado para defenderlo. Y, después de todo esto, ¿alguien piensa que a partir de ahora al pedáneo no se le verá como un comisario político? Vaya forma de cargarse una institución.

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