La Diputación Provincial cerrará la próxima semana un nuevo mandato con el más que presumible relevo de César Sánchez por Carlos Mazón. Cuatro años con más sombras que luces, que llegan a su epílogo sin que el PP justifique documentalmente en qué se ha gastado casi medio millón de euros que transfirió a las cuentas del partido. Acreditar que se ha hecho la transferencia no significa que no se tengan que aportar los recibos correspondientes para dar buena cuenta de las aportaciones que la institución provincial concede a cada grupo político. Hay también que demostrar que los fondos destinados por el erario público a una actividad política determinada han cumplido el fin para el que se deberían destinar, porque recordarán nuestros lectores que en este mismo periodo el grupo político de EU se vio envuelto en un escándalo al desvelarse que una parte de la asignación recibida fue a pagar el gasto de uno de los dirigentes de la formación a Cuba para asistir al entierro de Fidel Castro. Comprobar ahora que el PP no ha presentado los justificantes de esos gastos va a generar críticas y a provocar advertencias para el próximo mandato. Críticas porque ese casi medio millón de euros recibido debería haberse destinado a actividades que de algún modo tuvieran que ver, aunque sólo fuera tangencialmente, con la corporación que los financia, además de poder fiscalizarse convenientemente. Y advertencia porque si bien estamos ya en el tiempo de descuento, y nada más podrá hacerse en la semana que falta para dar paso a un nuevo mandato, el presidente entrante tendrá una buena oportunidad de marcar la senda por donde quiere ir, al dejar, desde el primer minuto, las cosas claras en cuestiones como ésta. La trasparencia es fundamental, como se está poniendo de manifiesto en los últimos tiempos, y si se quiere impulsar en estos próximos cuatro años, hay que predicar con el ejemplo. Su socio, Ciudadanos, que tanto se vanagloria de la nueva política, espero que tenga mucho que decir.
