La reciente inauguración de la llegada del AVE a la ciudad de Granada ha servido para que, por parte de muchos, se hayan preguntado: ¿Y a Elx cuándo? Ahora, después de lo publicado ayer en este periódico, ni se sabe. Un año de estos.

Curiosamente, mucha gente de la que pregunta por este AVE es posible que no suba nunca a dicho tren. La alta velocidad no está pensada para la gente trabajadora, estudiantes, etc.. Sus precios, frecuencias y destinos la hacen interesante para otros determinados públicos (profesionales, ejecutivos, personas con un nivel económico medio-alto, etc.). Es cierto que ese público existe y es importante, pero mucho más cierto es que el público para el tren convencional es muchísimo mayor. Es el que utiliza ese tren para ir a trabajar, estudiar, desplazamientos cercanos, viajes familiares, etc. La diferencia en número de pasajeros entre un tipo de tren y otro es descomunal en toda España.

El problema está en el modelo por el que se opte. Al que se destine la inversión. Por ello se debería haber optado por reformar y mejorar, en primer lugar, las líneas que son utilizadas por la mayor parte de la población y que, aún lo serían más si las condiciones de su explotación así lo permitieran. Pero se optó por un modelo que lucía y daba más prestigio (por no hablar de las corruptelas que, en buena medida, han salpicado la construcción de muchas de sus líneas). Por ello, gran parte de los recursos que deberían haber servido para modernizar la red convencional se fueron al AVE, objeto de deseo de las élites dominantes.

En nuestra zona podemos dar fe de ello. Todos los ministros que llegan nos prometen la inmediata puesta en marcha del AVE Murcia-Madrid, que tendrá parada en Matola. Por hablar solo de los dos últimos, el 14 de septiembre de 2017, el entonces ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, del PP, visitó las obras del AVE Madrid-Murcia en la zona, así como las de la estación de Matola.

Acompañado de diversas autoridades, entre ellas nuestro alcalde, anunció que la línea podría entrar en funcionamiento durante la primavera de 2018. Era una nueva fecha, después de las muchas que se habían ido dando años atrás sobre el tema. Al poco de tomar posesión en 2018, el nuevo ministro Sr. Ábalos, del PSOE, dijo que estaría para el verano de 2019. Ahora tampoco esa fecha es fiable. Al final seguro que algún ministro acertará. El problema es que, mientras tanto, la mejora de la línea de cercanías Murcia-Elx-Alicante sigue en vía muerta, nunca mejor dicho. Con las promesas que se nos han hecho de mejora, hay para parar un tren.

A pesar de dar servicio a una de las zonas más pobladas y dinámicas de España, las prestaciones son deficitarias. La infraestructura viaria es del siglo XIX. Es una línea con una única vía, de ancho ibérico y sin electrificar, casi más de museo que otra cosa.

Los trenes son, en buena parte, de 1984 y a diésel. Incómodos, contaminantes y con frecuentes problemas de mantenimiento. Las condiciones de la vía (trenes que tienen que pararse para que pasen otros trenes, el embudo de San Gabriel, etc) hacen que sus prestaciones sean muy limitadas. Un resultado de ello es que aumentando la población en la zona, el número de usuarios se reduce. Si en 2008 la utilizaban 3.100.000 pasajeros, en 2017 fueron 2.300.000. Una de las consecuencias es el aumento del vehículo privado para acceder al trabajo o a las universidades de la zona.

Las propuestas de mejora de la línea de Cercanías son todo un clásico. Todo ministro que se precie nos lo ha prometido. Para Elx es vital no quedarnos aislados en este tema. La apuesta por la alta velocidad, si no llega acompañada de la modernización de Cercanías, puede ser la puntilla al futuro del tren en la ciudad.

Necesitamos que la vía se duplique con ancho internacional, que se electrifique, que se modernicen las unidades, aumenten las frecuencias, etc. Y, por supuesto, que se conecte con el aeropuerto, que se supriman pasos a nivel como el de Torrellano, que haga paradas en el Parque Empresarial, que se alargue el túnel, que se cambie la entrada a Alicante, etc.

Muchos de estos proyectos ya forman parte de estudios elaborados por ADIF y que han figurado en presupuestos. Se alega, muchas veces, falta de fondos (que, por cierto, sí dispone el AVE) aunque también falta voluntad política.

Ahora que el nuevo Ayuntamiento ya está constituido y ha anunciado que retoma los contactos para que vuelva la Dama, también sería de agradecer que los retomara con el Ministerio para garantizar todas las prestaciones ferroviarias necesarias para Elx. Convertir ese deseo en realidad sería un gran objetivo.