La ultraderecha no va a parar. Vox va a seguir con su estrategia. Hasta el final. La cruzada que ha iniciado el grupo parlamentario que encabeza la alicantina Ana Vega en las Cortes Valencianas para cuestionar las normas contra la violencia machista, atacar a los colectivos LGTBI y ahora disparar contra las leyes dedicadas a reparar y dignificar a las víctimas de la Dictadura de Francisco Franco sigue la estela de Salvini en Italia, Viktor Orban en Hungría o Bolsonaro en Brasil. Es decir, la estrategia que Steve Bannon marcó en las elecciones americanas que encumbraron a Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Provocar la reacción. Que se hable de ellos... aunque sea entre sus más acérrimos detractores. El click fácil en Internet. El problema es que bajo esa maniobra de los ultraderechistas de Vox sólo se esconde un intento de fracturar a la sociedad, de dividirla y de generar enfrentamientos y conflictos. Los ultras y los que se les sigan la corriente estarán atacando nuestro modelo de convivencia. No lo permitamos.
